No pierdas la esperanza

“Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes — afirma el SEÑOR —, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.”

Jeremías 29:11 (Nueva Versión Internacional)

En ocasiones algunas situaciones desagradables se mantienen más de lo esperado en la vida del creyente. El desierto parece una etapa eterna en el corazón, la cosecha por la que se entregó todo no llega, esa salud no ha descendido del cielo, por más esfuerzo que se hace no se puede pagar la deuda, y pareciera que la esperanza se apaga como una mecha humeante. No obstante con la ayuda de DIOS se puede creer que vendrán mejores momentos, siendo que una promesa del SEÑOR es que Jesús no apagará la mecha que apenas arde (Isaías 42:3).

Vivir angustiado por las pruebas puede ocasionar daño en el corazón del creyente si él lo permite, pensando que la voluntad de DIOS es que no reciba lo que anhela. Pero en esos momentos se debe recordar que el SEÑOR solo tiene pensamientos de bien hacia los suyos para darles lo que anhelan.

Las promesas de DIOS están respaldadas por el honor de Su nombre (Salmo 138:2), por lo que si Él lo dijo Él lo hará. Sin importar lo larga que ha sido la espera o a pesar de errores del creyente, DIOS siempre llega a tiempo para no defraudar a los que confían en Él.

Para el Apóstol Pedro recuperar la esperanza significó volver a echar las redes después de no haber pescado nada toda la noche, y dio como resultado una pesca milagrosa. Para José recuperar la esperanza significó no quitarse la vida al estar injustamente dentro de la prisión, y a la postre esto le llevó al palacio del faraón. Para Josué y Caleb no perder la esperanza a diferencia de toda su generación significó que solamente ellos entraron a la tierra prometida.

Descubre qué significa para ti no perder la esperanza.

No pierdas la esperanza, pues el punto más oscuro de la noche es justo antes de que salga el sol.

Autor: Richy Esparza

Escrito para: www.devocionaldiario.com

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