La batalla es del Señor

“Y dijo Jahaziel: Escuchen, habitantes de Judá y de Jerusalén, y escuche también Su Majestad. Así dice el Señor: “No tengan miedo ni se acobarden cuando vean ese gran ejército, porque la batalla no es de ustedes sino mía.”

2 Crónicas 20:15 (Nueva Versión Internacional)

Josafat fue un rey que siguió a Dios. Era un hombre recto y entendido de quién es el Todopoderoso. Él instituyó jueces para guiar con justos juicios al pueblo de Judá (2 Crónicas 19:6-7). En una ocasión este rey y el pueblo de Judá fueron amenazados por fuerzas enemigas; los moabitas, los amonitas y algunos meunitas, quienes eran una gran multitud. Pero el pueblo liderado por Josafat clamó al Todopoderoso por ayuda. El rey convocó una asamblea y proclamó ayuno en todo Judá. Ellos reconocieron su impotencia ante sus enemigos, y que tenían sus esperanzas solo en Dios (2 Crónicas 20:12).

Dicen las Escrituras que todos los hombres de Judá estaban delante de Dios, con sus mujeres e hijos, aun los más pequeños (2 Crónicas 20:13). Y entonces su oración fue respondida por medio del profeta Jahaziel, quien pronunció que la batalla no era de ellos, sino solo de Dios y que no se atemorizaran. Diciéndoles que ellos ni siquiera tendrían que intervenir, más solamente quedarse quietos y ver cómo el Señor les daría la victoria (2 Crónicas 20:17). Luego todos los que estaban en ese lugar se postraron rostro en tierra y adoraron a Dios.

Así cómo el Todopoderoso lo prometió a Su pueblo, al día siguiente sus adversarios se mataron entre sí. Ellos solo tuvieron que salir a ver los restos de sus enemigos y obtener un abundante botín. (2 Crónicas 20:25). Tan grande fue el botín que tardaron tres días en recogerlo. Y al final de todo esto, ellos volvieron al templo de Dios a alabarlo.

Cualquier batalla que puedes estar librando tiene un Dueño, esa batalla es del Señor, solo de Él. No se inquiete tu corazón por nada ni por nadie. Así como Josafat y el pueblo de Judá, reconoce tu impotencia ante ello, y hazle saber a Dios que Él es tu única esperanza.  Alaba a Dios y Él peleará tu batalla.

La batalla no es tuya, sino del Señor, descansa en Él.

Autor: Richy Esparza

Escrito para:  www.devocionaldiario.com –  www.devocionalesderichy.com –  http://cristodavida.com

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