El camino de José al palacio

“Hasta que llegó el momento de cumplir sus sueños, el SEÑOR puso a prueba el carácter de José. Entonces el faraón mandó a buscarlo y lo puso en libertad; el gobernante de la nación le abrió la puerta de la cárcel.”

Salmo 105:19-20 (NTV)

Cuando José fue vendido como esclavo y llevado a la tierra de Egipto, seguramente se encontraba angustiado por la incertidumbre de su futuro. Pero la realidad es que el SEÑOR le llevaba a la tierra en donde se cumplirían sus sueños. Durante su estancia en la casa de su amo, José estaba siendo preparado para algún día administrar una casa aún más grande, la tierra de Egipto. Y cuando José resistió los acosos sexuales de la esposa de Potifar, él fue promovido y llevado a la cárcel (que era la antesala del palacio). Con un entendimiento humano José quizá cuestionó la voluntad de DIOS, siendo que fue acusado falsamente y llevado a la cárcel; pero la realidad es que DIOS lo estaba recompensando al acercarlo cada vez más a su destino (Génesis 39:20).

Tiempo después José usó su talento de interpretar sueños dentro de la prisión, correctamente dijo al copero y al panadero lo que habría de suceder. Y José vio la oportunidad de finalmente salir de aquel lugar, pidiéndole al copero que le hablase de él a Faraón y que le hiciese justicia. Pero no fue así. El plan de DIOS era aún mayor. Si el copero hubiese hablado a Faraón de José en ese momento es probable que José solamente hubiese sido liberado y reestablecido en su antiguo puesto o algo similar. Sino que tuvieron que pasar dos años más para que José fuera llamado directamente por Faraón a interpretar sus sueños. Y así José fue llevado al palacio donde se convirtió en el primer ministro del país. Por medio de Potifar, el SEÑOR honró y premió a José por su obediencia y fidelidad (Génesis 41:42).

Toda la vida de José fue una cadena con eslabones entrelazados entre sí con un propósito. A pesar de que para el entendimiento humano no tuviera sentido. De la misma manera DIOS ha preparado un camino con propósito para cada uno de los suyos.

A menudo pareciera que la vida nos arrastra a aquello que no queremos o tememos, pero la realidad es que la perfecta voluntad de DIOS está siendo llevada a cabo. Y en el momento indicado recibiremos nuestra recompensa si nos mantenemos haciendo lo correcto ante el Altísimo.

Si hasta el momento no te ha llegado tu recompensa a pesar de honrar a DIOS y obedecerle, es porque Él tiene un plan mayor y recibirás más de lo que esperabas.

Por Richy Esparza

Escrito para: www.devocionaldiario.com

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