Paciencia – Brendaliz Avilés

PACIENCIA

por Brendaliz Avilés

Confieso ser una persona que cree con todo su corazón en vivir el presente de la mejor manera posible, pero también soy sincera cuando digo que a veces se absorbe mucho tiempo de mi vida interesada y preocupada por qué va a ser de mi futuro. La realidad es que cuando me percato de ello, pienso que los seres humanos perdemos demasiado tiempo tratando de construir un futuro brillante y por ello perdemos grandes momentos de nuestro presente que un día se convertirán en los recuerdos del pasado. Nos preocupamos por la escuela, la universidad, el trabajo, si nos lograremos casar o no, los hijos que vamos a tener algún día, la casa, el carro y tantas cosas que podríamos mencionar.

Pero la Biblia dice con certeza que basta a cada día su propio afán. El Señor siempre ha declarado en su palabra que cuidaría de nosotros con especial esmero y atención.

A veces pienso, que perdí mucho tiempo de mi vida tratando de complacer a todo el mundo.

Demasiado interesada en las opiniones que las personas pudieran tener de mí y déjame decirte que esto puede ser muy agotador, por tanto, no te lo recomiendo.

Cuando estaba en la universidad al igual que otros compañeros, quería terminar rápido de tomar todos mis créditos y recuerdo que muchas veces los profesores decían: “tómenlo con calma que la vida de estudiante es lo mejor que hay, luego vienen las responsabilidades grandes”.

¡Cuánta razón tenían! Logré graduarme y aún estoy desempleada. ¡Qué irónica puede ser la vida a veces! Ella se encarga de enseñarnos tantas cosas. Y es que mi presente determinará mi futuro y marcará mi pasado.

Soy muy joven aún, tengo tantas cosas que me faltan por vivir y por aprender, pero mi mensaje para el día de hoy es: NO TE IMPACIENTES.

Sé por experiencia personal que si hay algo que impacienta y desespera es la espera. Pero la espera produce el fruto de la paciencia y mientras nuestra fe es desarrollada. Pasan tantas cosas mientras esperamos recibir respuesta de Dios. En el camino conocemos mucha gente maravillosa y linda que nos extienda las manos o nos enseñan grandes lecciones. Crecemos en sabiduría y en experiencia. De momento mientras escribo, me parece susurrar al Señor: “¡Calma, YO SOY!”

Y si el Gran Yo Soy es por nosotros, ¿quién contra nosotros?

A veces todo nos parece muy frustrante, pero como siempre me decía una maestra de historia cuando me adelantaba y quería preguntarle tantas cosas: “Brendaliz, no cruces el río antes de llegar a él”. Tanto me lo repitió hasta que se me quedó grabado. A veces me sorprendo repitiéndolo a alguno de los jóvenes de la iglesia. Una de mis escritoras favoritas dice una frase que desde el momento en que la leí me impactó: “el dolor es inevitable, pero el sentirse miserable es opcional”.

Yo decido optar por no sentirme miserable, teniendo a un Dios tan grande y poderoso. Trata de vivir la vida de la mejor manera que puedas hacerlo. Creo que cuando Dios es el centro de nuestras vidas, él nos dirige, nos enseña y nos muestra la dirección por donde continuar cuando parecemos perdidos y agotados. No te decepciones, esa respuesta que estás esperando llegará.

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