Los Dones – Hefzi-ba Palomino
Los Dones
por Hermana Hefzi-ba Palomino
“Porque irrevocable son los dones y el llamamiento de Dios”.
Romanos 11.29
Cualquiera pensaría que es necesario ser un pastor, líder o alguien muy espiritual para ser merecedor de los dones y de la multiforme gracia de Dios, pero no es así; Dios nos colma de dadivas y presentes desde el momento de nuestro nacimiento; habilidades y destrezas que se forman, crecen y se desarrollan a medida que crecemos. Dios también propicia el ambiente, el hogar, el medio, las condiciones y el terreno donde El quiere que se desarrollen estos dones; el único inconveniente, es que muchos aun no han descubierto cual es su don y andan por ahí despistados, desorientados, sin saber como pueden atender ese santo llamamiento de Dios y si lo sospechan o lo conocen, no saben como ejercitarlo y desarrollarlo y esto es fundamental si queremos servir a Dios.
Antes de leer los siguientes puntos, debes saber que ya tienes talentos: solo basta con que observes lo que haces, lo que mas te gusta, en que trabajas, lo que desde niño soñaste ser y a lo que le has dedicado mucho tiempo, sin importar si te pagan o no; esa habilidad que sobresale en lo que tu haces, esa es tu fortaleza. Hagamos un paseo a la historia antigua y veamos como actúa Dios y sus escogidos; este es el ejemplo de David.
1. 1 Samuel 16.17 ..He aquí yo he visto a un hijo de Isaí de Belén, que sabe tocar, y es valiente y vigoroso y hombre de guerra, prudente en sus palabras, y hermoso, y Jehová está con el.
Si recordamos, Dios envió al profeta Samuel en busca de David para ungirlo, porque lo escogió como rey de Israel y tenia planes con el. Lo que paso después, no fue “casualidad” fueron las condiciones que Dios propició para traer a David al campo de batalla, donde Goliat desafiaba al ejercito del rey Saúl y al mismísimo Dios Viviente. David, era apenas un muchacho, me imagino que escuálido y aun sin barba aunque de hermoso parecer y sin ninguna experiencia militar que ayudaba a su padre y hermanos como pastor de ovejas, pero fuerte y valiente y antes se había enfrentado y derrotado a leones y osos, con una habilidad especial que poseía y había desarrollado: el manejo de su sonda; así que cuando David “escuchó” los insultos y blasfemias del Gigante, se sintió movido a actuar (vio una oportunidad) y después de preguntar lo que obtendría el hombre que lo venciera (motivación) fue llamado por Saúl, quien apenas lo vio, es de suponer, que se desilusionó, vio la causa perdida y le dijo: “No podrás tu ir contra aquel filisteo, para pelear con el; porque tu eres muchacho, y el un hombre de guerra desde su juventud” (l Samuel 17.33) pero, David conocía sus fortalezas, sus destrezas y lo que mejor sabia hacer, por lo que con mucha seguridad le contestó: Jehová, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, el también me librara de la mano de este filisteo. Y dijo Saúl a David: Ve, y que Jehová este contigo. (1 Samuel 17.37)
Lo primero que debes de saber, es que Dios no espera que tú hagas lo que no sabes hacer. Es decir, no te pedirá que pilotees un avión si eres enfermero@. Tus habilidades y destrezas, son el don que Dios ha puesto en ti. El, nos lo ha dado y espera que nosotros los pongamos a su servicio.
Lo segundo, es que David, a pesar de que era valiente, se sentía motivado y vio la oportunidad de limpiar el nombre de los escuadrones de Dios y era un experto en el manejo de su sonda, no confiaba en su propia fuerza y sabiduría; su confianza la tenía puesta en Dios y esperaba que fuera El, quien lo librara.
Ni los hermanos mayores de David, ni Saúl en principio, y me atrevo a pensar que hasta los soldados, generales y demás militares, hablaron, se burlaron o dudaron de su victoria; pero Dios confiaba en el y conocía sus dones, al igual que conoce los nuestros y confía en nosotros.
La mayoría de las veces, nadie cree en nosotros, ni siquiera nuestra familia, pero no por ello debemos desanimarnos; Dios que nos ama y que al igual que a David, nos ha ungido con su Santo Espíritu, también conoce nuestro corazón y nuestras habilidades y quiere que las usemos para servirlo.
2. Toda habilidad, debe practicarse para que se desarrolle: Y Saúl vistió a David con sus ropas, y puso sobre su cabeza un casco de bronce, y le armó de coraza. (1 Samuel 17.38)
Yo me imagino que esa ropa y el casco, no solo le quedaban grandes, sino lo pesado e incomodo que debió haberse sentido, hasta el punto de no poder moverse con libertad, pues cuando ciñó su espada y trató de moverse no pudo, así que dijo a Saúl: Yo no puedo andar con esto, porque nunca lo practiqué. Y David echó de si aquellas cosas. (1 Samuel 17.39)
3. Usa tus propias herramientas. Y tomo su cayado en su mano, y escogió cinco piedras lisas del arroyo, y las puso en el saco pastoril, en el zurrón que traía, y tomo su honda en su mano, y se fue hacia el filisteo. (l Samuel 17.40)
No trates de hacer lo que no sabes o no has practicado, ni uses en un acontecimiento importante instrumentos que nunca has usado, estos te harán fracasar.
Uno generalmente se ha provisto, ha comprado por hobby o por necesidad, las herramientas o instrumentos que necesita para su trabajo, para hacer lo que le gusta o para ejercer su profesión. Bien, estas son las herramientas que tú has aprendido a usar y que Dios necesita que tú, pongas a su servicio.
4. Cultiva, desarrolla, utiliza y pon al servicio de Dios tus talentos. Los dones, talentos, los da Dios e irrevocables, significa que una vez que los confiere, te pertenecen para siempre, no te los va a quitar. Lo que si puede suceder es que estas habilidades permanezcan latentes o adormecidas, sin desarrollarse hasta que seas consciente de ellas y decidas aprovecharlas o en el peor de los casos, que se pierdan como semilla y nunca se manifiesten, crezcan y se fortalezcan. (Mateo 25.14) Parábola de los talentos. ¡Tu fruto y tu recompensa dependen de ello!
5. Aprovecha el tiempo. No dejes para mañana lo que puedes empezar a hacer hoy. Estamos a punto de iniciar un nuevo año y es una buena oportunidad para planear las cosas que quieres hacer; si quieres darle un cambio a tu vida, si tienes la oportunidad de estudiar, de cambiar de trabajo, de ayudar en la Iglesia, de enseñar, de orar o conocer mas la palabra de Dios, de involucrarte y comprometerte mas con la obra del Señor, iniciar un Ministerio etc.
Y el mismo constituyo a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros.
Efesios 4.11
Escrito para www.devocionaldiario.com