Desesperado por Dios – Osmany Cruz Ferrer
DESESPERADO POR DIOS
“Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía”
(Salmos 42:1)
Los ciervos son animales frágiles. Su defensa de los depredadores se basa básicamente en el camuflaje, en ser sigilosos y veloces. Lo normal es pasar desapercibidos, alimentarse y sobrevivir a un día más. Sin embargo, el Salmo 42 usa un símil dramático donde el escritor se compara a un ciervo que brama, que expresa desesperación y angustia. El hecho mismo de hacerlo expone al ciervo a sus depredadores, lo hace vulnerable y un blanco fácil de hienas y leones. Pero ¿por qué un ciervo haría algo así? No hay que obtener el último número de National Geographic para saberlo. El ciervo brama a causa de la sequía, alza aquel sonido de desesperación evidenciando su necesidad de agua fresca. Ya no se cuida de sus enemigos naturales, se expone y hace visible su desesperación. Tal es su necesidad y su sed. Nada es más importante y lo sabe muy bien.
Soy pastor desde hace doce años. Me ha tocado estar de cerca con moribundos, con toxicómanos, enfermos científicamente incurables, esposas o esposos abandonados, huérfanos, pobres. He visto de cerca el sufrimiento y he mirado directamente a la cara de la aflicción en sus horas más infaustas. He oído oraciones que me han sobrecogido, súplicas nacidas de la consternación y la necesidad apremiante. Intercesiones que son como gritos de angustia, libres de toda presunción y fariseísmo. Hombres y mujeres desesperados por una palabra de Dios en medio del caos y el vacío.
¿Pero qué puedes decirle a alguien que se siente de esa manera? ¿Qué podía decirle a Elena? ¿Cómo consolarla? Su hijo se había suicidado hacía una semana, justo el día de su cumpleaños. Ahora, siete días después, su esposo hace lo mismo. Frente al féretro que contiene el cuerpo inerte de su esposo nos paramos y quise decirle algo, pero no pude. Las palabras se me anudaron en la garganta. Solo pude hacer una oración silenciosa pidiendo al Señor fuerzas y consuelo para ella. El corazón de Elena estaba desesperado por Dios y solo él podía darle el reposo que ella tanto necesitaba.
Podría contar ahora mismo una docena de situaciones parecidas a la de Elena. La frustración, el miedo, el desasosiego, las penas y el dolor suelen ser huéspedes indeseados que nos visitan con cierta sistematicidad. Tenemos más preguntas que respuestas. Las sequías son frecuentes en las inhóspitas tierras de la prueba y la tentación. ¿A quién podemos recurrir cuando el consejo del amigo no es suficiente? ¿A quién ir cuando las fuerzas se acaban por el duro bregar? La respuesta siempre es la misma. Podemos ir a Jesús, abandonarnos en su regazo en oración sincera.
Cuando los labios están cuarteados de la sed y el corazón desfallece, nada es más sensato que clamar al Señor de toda consolación. Es en ese momento de sinceridad plena, desprejuiciados de lo superfluo, y anhelantes de Dios, cuando encontramos los manantiales que antes nos negara nuestra propia ofuscación. Ya no importa el qué dirán, las apariencias, o los disfraces ministeriales. Ahora solo importa Dios, encontrarlo a él y beber. Él tiene todas las respuestas aunque algunas tendrán que esperar hasta la eternidad. Él tiene consuelo y reposo aunque ello no suponga obtener necesariamente lo que queremos. Dios sacia y por eso clamamos a él, por eso buscamos diligentemente sus oasis. “Oh, Señor, Tú nos has hecho para ti mismo, y nuestros corazones no hallan reposo hasta que no reposan en Ti” (Confesiones, Agustín de Hipona).
Autor: Osmany Cruz Ferrer
Escrito para www.devocionaldiario.com
Me siento como un ciervo por favor ayudame, me siento mal vacia no entiendo como pero es como si Dios ya no estuviera en mi vida y nisiquiera me encuentro a mi misma …siento mucha demasiada pena que no se como controlar,es angustiante sentir ese vacio ya no puedo siquiera acudir a Dios porque siento que no me respondera porq ya no lo siento y pienso cosas que me unden mas, no soy capaz de describir lo que siento solo lo asemejo a un vacio y a pensamientos que me desvalorizan.. por favor ayudame me siento tan sola nose a quien acudir, las personas siempre juzgan y como soy joven miran todo como una crisis existencial, pero realmente necesito ayuda por faavor :( necesito de Dios pero ya nose como buscarlo como escucharlo a veces siento que nisiquiera me tiene considerada como una hija que nose quiza no soy parte del rebaño :/ pero no se vivir en el mundo, nose a donde pertenezco …por favor.
Barbara
Dios te bendiga, todos podemos o mejor dicho pasamos por esa etapa o momentos donde no sentimos a Dios y su presencia, esto puede ser por varios motivos, a veces después de nuestro primer amor con el Señor, el permite que esas emociones se vayan, para enseñarnos una gran lección en nuestra vida, que es que andamos por fe y no por emociones, por lo cual debemos aprender que aunque no sintamos su presencia eso no quiere decir que no esté con nosotros, vivimos por fe. En otro extremo, cuando dejamos de sentir la presencia de Dios puede ser por falta de oración, de lectura de la biblia, porque dejamos de congregarnos o por algún pecado que cometimos o estamos cometiendo, para este último caso, bueno, la mejor forma de solucionarlo es reinvindarnuestro camino con el Señor. En un tercer caso el enemigo tiene un ataque hacia nosotros como hijos de Dios donde pone en tela de juicio nuestra identidad, aquí tu tienes que hacer uso de la palabra y confiar en ella, porque muchas veces no nos sentimos como hijos de Dios, pero eso no quiere decir que no lo seamos. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre les dio la potestad de ser llamados hijos de Dios.
Muy duras las circunstancias en ocasiones de la vida, pero Dios es muy especial y grande para sacarnos AVANTES en todo momento.
QUE BENDICIÓN DE PALABRA
Barbara:
Hermana en el Señor, tu grito es un clamor de angustia y desesperación, y Dios que es un Dios de amor, te recuerda en este momento que si eres hija, estas cubierta por la Sangre del Señor, cuyo pacto EL no ha olvidado, y sigue diciéndote, nunca te abandonaré ni jamas te dejaré, mía eres Tu, yo te puse nombre, y yo estaré contigo dondequiera que vayas. Querida Hermana, estés donde estés levanta tus manos al cielo, y repite: La Sangre del Cristo, cubre a todos sus hijos, y recuerda que durante la guerra contra Amalec, cuando Moisés levantaba la mano, el pueblo de Dios prevalecía y cuando él la bajaba, prevalecían los de Amalec. Exodo 17:1,16
Levanta tus manos al Señor, búscale de todo corazón y EL te dará la victoria, para siempre. DTB
Dios los bendiga por calmar nuestra sed con sus palabras.