Compromiso – Luis Caccia Guerra
Compromiso
por Luis Caccia Guerra
En aquella época de mi juventud cuando enseñaba en la escuela dominical, uno de mis pequeños alumnos tuvo a bien compartir conmigo una serie de comics que había realizado en la intimidad de su hogar. Digo, en la intimidad, porque era un niño tímido que nunca se había atrevido a compartir estos bocetos con nadie. En ellos se veía a sí mismo como un superhéroe. A pesar de la sencillez de su argumento y simpleza de los dibujos –que era dable esperar de un niño de diez años– esas tiras realizadas a lápiz en un cuaderno escolar, delataban inteligencia, talento, además de un estilo muy particular y personal; y por qué no, una singular belleza.
Recordar esto me dio una idea para nuestra revista, por lo que decidí publicar un aviso solicitando alguien con capacidad de realizar comics, historietas. No me importaba sexo ni edad, esto a sabiendas de que un niño de la mano de Nuestro Señor puede hacer esta labor en forma brillante. Tampoco era necesario que estuviera congregándose en nuestra iglesia local. Sí necesitaba que hiciera su tarea con pasión por las cosas del Señor y que viera en ello un ministerio, no un negocio ni una oportunidad laboral. Han transcurrido dos meses y aún no he recibido ni tan sólo una consulta. Mucho menos un ofrecimiento.
Esto no es nuevo. Lo que observo con tristeza es que lo que falta entre el pueblo de Dios no es talento ni dones. COMPROMISO es el gran ausente.
Una de las acepciones de la palabra “compromiso” del diccionario español es: “Obligación contraída, palabra dada, fe empeñada”.
Las personas hoy en día huyen de contraer obligaciones. La palabra dada cada vez tiene menos valor y los cimientos de la fe están siendo socavados.
Charles Swindoll menciona cuatro clases de compromiso que el hombre debería mantener: Su compromiso con Dios y con sus asuntos –incluida la comunidad de la Iglesia local; el compromiso con la familia; el compromiso con otros cristianos; y finalmente, el compromiso con los no creyentes. “La gente practica cada vez más el letal deporte del individualismo. Crecen los llaneros solitarios” afirma Swindoll.
A pesar de las claras excepciones que existen –claro está– las personas tienden a contraer compromisos cada vez más breves y lo más superficiales posibles. Hay comunidades eclesiásticas en las que los líderes están sobrepasados de trabajo justamente por la escasez de gente comprometida con su servicio. Tíos que no conocen a sus sobrinos, simplemente porque los hermanos a pesar de vivir tan cerca físicamente, nunca vivieron tan lejos de sí. Cristianos “islas” que asisten a los servicios y se sienten tan incómodos y tan mal atendidos en las iglesias que tan pronto termina el culto literalmente “desaparecen”. Y finalmente, personas en la comunidad donde viven que no solo la gente no sabe que son cristianos… ni siquiera los conocen!
El ejército de Dios necesita creyentes COMPROMETIDOS con los propósitos y asuntos de su Jefe Supremo. Gente que con pasión y fe en Nuestro Señor se levante en servicio hacia su comunidad y familia… que ser “sal de la tierra”, “luz del mundo” sea compromiso suyo hoy y cada uno de los días de su vida.
“Pero me temo que, así como la serpiente con su astucia engañó a Eva, los pensamientos de ustedes sean desviados de un compromiso puro y sincero con Cristo”.
(2 Corintios 11:3 NVI)
Escrito para www.devocionaldiario.com
Excelente tema hno Luis.
Bendiciones,
Brendaliz
Como dijeramos aqui en México: ¡ahí nos hablan!
Muy buen tema.
Hola a todos…
y qué pasó con la idea de los cómics!??