Morando bajo la sombra del Omnipotente – Maryuris Torres Urueta

MORANDO BAJO LA SOMBRA DEL OMNIPOTENTE

por Maryuris Torres Urueta

“El que habita al abrigo del altísimo morara bajo la sombra del omnipotente”. Salmos 91:1

Este salmo, es el que mas leemos, y es el que mas utilizamos, como salmo protector, aparte de ser un salmo muy bello, nos habla muy claramente. Y es uno de los salmos, en donde Dios nos contesta.

“Por cuanto en mí a puesto su amor, yo también lo librare; le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre.
Me invocara, y yo le responderé; con el estaré yo en la angustia;
Lo librare y le glorificare lo saciare de larga vida, y le mostrare mi salvación”. (Salmos 91:14-16)

Que hermoso, verdaderamente bello, al ver claramente como nuestro Dios, nos contesta en este salmo. Pero su palabra es clara, no es leerlo, no es aprenderlo de memoria, no es repetirlo, varias veces. No, y mil veces, no.

El que habita al abrigo del altísimo, ese es el que morara bajo la sombra del omnipotente, no es el que simplemente lo lee, porque solo leyéndole piensa que ya esta protegido. Nuevamente les digo que no.
Es vivir en el, es anhelar cada día de nuestra vida, estar en su presencia, es obedecer, a su voz, es ser agradable, a sus ojos, es desearlo con todo nuestro corazón, es vivir plenamente en el, es poner nuestro amor y conocer su nombre, como el tan tiernamente nos pide “por cuanto en mi a puesto su amor, yo también lo librare; le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre”. (v.14)

Entonces si podremos decir confiadamente:

“El que habita al abrigo del altísimo morara bajo la sombra del omnipotente.
Diré yo a Jehová: esperanza mía y castillo mío mi Dios en quien confiare.
El te librara del lazo del cazador,
De la peste destructora.
Con sus plumas te cubrirá, y bajo sus alas estarás seguro;
Escudo y adarga es su verdad.
No temerás al terror nocturno,
Ni saeta que vuele de día,
Ni pestilencia que ande en oscuridad,
Ni mortandad que en medio del día destruya.
Caerán a tu lado mil,
Y diez mil a tu diestra;
Mas a ti no llegara.
Ciertamente con tus ojos miraras
Y veras la recompensa de los impíos.
Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza,
Al altísimo por tu habitación,
No te sobrevendrá mal,
Ni plaga tocara tu morada.
Pues a sus ángeles mandara
Acerca de ti,
Que te guarden en todos tus caminos.
En las manos te llevaran,
Para que tu pie no tropiece en piedra.
Sobre el león y el áspid pisaras;
Hollaras al cachorro del león y al dragón.
Por cuanto en mi a puesto su amor, yo también lo librare;
Le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre.
Me invocara, y yo le responderé;
Con el estaré yo en la angustia;
Lo librare y le glorificare.
Lo saciare de larga vida,
Y le mostrare mi salvación”.

Miren que maravilla, después de que nos dice, que no nos tocara, plaga, que estaremos confiados en la oscuridad, que reprenderá al devorador por nosotros.

Que nos mandara a sus Ángeles que nos cuiden, que nos cubrirá con sus alas, que la peste destructora no nos tocara, que veremos caer a muchos, pero que nosotros estaremos confiados, y muchas promesas mas.

Miren que al final del Salmo nos dice que invocaremos su nombre y el nos responderá, que estará con nosotros cuando estemos en angustia, que nos hara libres, y nos llenara de gloria, que nos dará, muchos días de vida, y al final nos dice, que nos mostrara la salvación.

La salvación, el regalo mas grande para nosotros, la salvación, es vivir eternamente con el es verlo a el en plenitud, es habitar en su abrigo eternamente y para siempre y por la eternidad.

Por eso los invito, a que todos habitamos, vivamos en nuestro amado señor, para poder alcanzar, todas esas bendiciones, que en contramos en su bella palabra.

Que Dios, los bendiga grandemente.

Su amiga y hermana,

Maryuris

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