¡Si Dios está a nuestro favor, nadie podrá estar contra nosotros!

El Señor es mi luz y mi salvación, ¿de quién podré tener miedo?
El Señor defiende mi vida, ¿a quién habré de temer?
Los malvados, mis enemigos, se juntan para atacarme y destruirme; pero ellos son los que tropiezan y caen.
Aunque un ejército me rodee, mi corazón no tendrá miedo; aunque se preparen para atacarme, yo permaneceré tranquilo.
Sólo una cosa he pedido al Señor, sólo una cosa deseo: estar en el templo del Señor todos los días de mi vida, para adorarlo en su templo y contemplar su hermosura.
Cuando lleguen los días malos, el Señor me dará abrigo en su templo; bajo su sombra me protegerá.
¡Me pondrá a salvo sobre una roca!
Entonces podré levantar la cabeza por encima de mis enemigos; entonces podré ofrecer sacrificios en el templo, y gritar de alegría, y cantar himnos al Señor.

Salmo 27:1-7 (Dios Habla Hoy).

A lo largo de nuestro caminar con Cristo, podemos encontrar diferentes piedras de tropiezo que buscarán alejarnos de la presencia de Dios, (personas, crisis económicas, enfermedades, distractores u ocupaciones, etc.); sin embargo, todas estas situaciones a lo único que nos debe llevar, es a aferrarnos más y más a la promesa de salvación y libertad que Dios nuestro Padre por medio de su Hijo Jesucristo nos ha regalado. Confiar en Él y no olvidar lo que hizo en esa cruz, es la más grande señal que podamos tener para llenarnos de la fe y la fuerza que necesitamos para continuar nuestro camino en el Señor. Nuestro Señor Jesucristo es el único que tiene autoridad sobre nuestras vidas, sólo Él decide qué debemos vivir porque Él sabe perfectamente qué necesitamos aprender. Su soberanía es impredecible y muchas veces incomprensible para nosotros, pero todo lo que vivimos en su voluntad siempre es perfecto.

Así que, no importa las dificultades que puedas estar enfrentando, el Señor nos llena de esperanza con las promesas que están inscritas en las Sagradas Escrituras. Decide creerle al Señor, a lo que Él dice en su palabra y deja de mirar las circunstancias; no importa qué o quiénes pretendan apocarte y robarte lo que Dios ya ha preparado de ante mano para ti. ¿Acaso existe alguien que pueda detener los propósitos del Dios Eterno? “¿Qué más podremos decir? ¡Que si Dios está a nuestro favor, nadie podrá estar contra nosotros!” Romanos 8:31 (Dios Habla Hoy).

Que nuestro Padre Celestial nos conceda la gracia, la misericordia y la fuerza que nos hace falta de su parte para afrontar todo aquello que Él quiere que afrontemos, que todo sea para gloria y honor de su Santo Nombre, en Cristo Jesús. Amén.

¡No temas, Jesucristo está contigo, Él te sostendrá en todo tiempo y al final disfrutarás de la victoria que en Él tendrás!

Autora: Marisela Ocampo Otálvaro

Escrito para www.devocionaldiario.com

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