¡Dios proveerá! – Marisela Ocampo O.
¡Dios proveerá!
Tristemente los seres humanos tendemos a dejarnos llevar por lo que podemos ver y no por la fe en aquel que prometió jamás abandonarnos, por supuesto, hablo del Rey de toda la creación, de Jesucristo nuestro Señor.
Dios es bueno e infinitamente misericordioso, con Él no tenemos que pensar en qué nos merecemos o qué podemos hacer para merecer algo de su parte, la respuesta es clara: NADA. Sin embargo, es ahí donde podemos ver manifestada la gracia de Dios, en que a pesar de que no merecemos nada bueno Él se agrada de sustentarnos, proveernos y cuidarnos. ¡Su amor por nosotros es inagotable!
Así que seamos agradecidos, todo lo que tenemos es por su gran bondad y mientras que Él nos permita estar cimentados en su bendita palabra debemos entender que tenemos lo suficiente. Él nos dará según lo considere pertinente, Él proveerá nuestras necesidades de acuerdo a sus propósitos, Él añadirá lo que conforme su voluntad quiera añadirnos. Por qué preocuparnos por lo que no tenemos, estoy segura de que si fuera realmente una necesidad ya Dios la hubiera suplido, somos sus hijos y Él ha prometido que mientras busquemos primeramente su reino y llevemos una vida justa Él nos dará todo lo que necesitamos. Confiemos en Él y creamos su palabra, Él no miente, nunca tendremos menos de lo que Él quiera darnos. Estemos contentos con lo que tenemos y disfrutemos de ello, que nuestro gozo no dependa de las posesiones, la abundancia económica o la prosperidad que tengamos, sino de la hermosa y maravillosa presencia de Jesucristo el Salvador en nuestra vida. ¡Dios proveerá!
“Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal”. Mateo 6:25-34 (RV1960).
Somos amados por el Señor, Él se ofreció en una cruz para morir por nosotros no por las aves, por las flores del campo o por cualquier otra criatura de su creación. Fuimos escogidos por amor de su santo nombre, Él se despojó de su propia vida para que nosotros tengamos vida ¿acaso no es suficiente? ¡Somos salvos! ¿Habrá algo más extraordinario? Definitivamente no, el haber sido reconciliados con nuestro Padre Celestial por medio de Jesucristo, es la riqueza incalculable que cualquier ser humano debería ambicionar. Jesucristo murió y resucitó por amor a nosotros. ¡Somos privilegiados!
Demos gracias a Dios y pidámosle perdón por ocupar nuestra mente en cosas tan vanas como el deseo de obtener una cantidad de cosas que a la hora de la verdad no necesitamos y que tal vez pueden hacernos desviar del camino justo por el que debemos andar. Que el Señor tenga misericordia de todos nosotros y nos ayude a llevar una vida recta e intachable según sus decretos, por esto sí nos debemos afanar todos los días.
Dios nos bendiga y provea cada una de nuestras necesidades según su perfecta voluntad, que así sea para gloria de nuestro Amado Salvador Jesucristo. Amén.
¡Señor Jesús, gracias por todo lo que nos das!
Por: Marisela Ocampo O.
Escrito para www.devocionaldiario.com