¡Dios lo hará!

Es bueno saber que Dios nos ama, que siempre está con nosotros y que nunca nos dejará solos. Es bueno saber que a pesar de nuestra infidelidad las promesas de Dios siguen intactas y en su momento Él las cumplirá. Es bueno saber que nuestras necesidades y peticiones están en control de sus benditas manos y que nada ni nadie impedirán lo que quiere hacer con cada una de ellas. Es bueno saber que todo lo que está sucediendo en nuestra vida, sea bueno o no tan bueno según nuestro punto de vista, está sucediendo porque Él así lo ha permitido.

A veces le damos a los problemas que enfrentamos más importancia de la que tienen, cuando perfectamente Dios está en medio de ellos y con certeza de cada uno se ocupa mientras nosotros nos ocupamos de hacer lo que realmente interesa: deleitarnos en su divina presencia y esperar con paciencia su obrar sobrenatural. Solemos desgastarnos en la búsqueda de una solución que en nuestras propias fuerzas por lo general resulta en frustración, cuando simplemente no es la forma ni el tiempo de hacerle frente a tal situación. “Confía en el Señor con todo tu corazón; no dependas de tu propio entendimiento. Busca su voluntad en todo lo que hagas, y Él te mostrará cuál camino tomar”. Proverbios 3:5-6 (Nueva Traducción Viviente).

Si bien es cierto, sin fe es imposible agradar a Dios y no sería posible ver el obrar del Señor sin la fe que Él gratuitamente nos concede en su Hijo Jesús; sin embargo, en ocasiones es necesario tomar decisiones no sólo por fe sino también por sabiduría, especialmente cuando desesperadamente tratamos de acelerar las cosas, sabiendo que Dios nos manda a quedarnos quietos en su presencia para aprender a esperar pacientemente en Él. Debemos entender que el Señor obra de una manera muy diferente y algunas veces muy pausada, pero en su forma de actuar siempre hay un propósito y nosotros debemos someternos con mansedumbre para que Él lo cumpla a cabalidad. Mientras más tratemos de “ayudar” a Dios, más tiempo tardaremos en entender su propósito. ¡Quédense quietos y sepan que Yo soy Dios! Salmo 46:10ª (NTV).

En lugar de buscar afanadamente hacer algo para salir de los problemas que podamos tener, más bien, descansemos en la presencia de Dios y dejemos en su control todo lo que hace parte de nosotros. Que sea Él dirigiéndonos en todo tiempo, y que en el momento y en la manera en que Él lo decida nuestros problemas dejen de ser un conflicto para nosotros y por fin podamos disfrutar de la bendición que viene detrás de ellos. Confiemos en las promesas del Señor, deleitémonos en su conocimiento y dejemos que nos sorprenda; hay algo certero para nosotros los hijos de Dios: no existe ningún problema que le quede grande, Él es todopoderoso y soberano, Él cumplirá su palabra, Él se hará cargo de todo. ¡Dios lo hará! Él ha prometido estar con nosotros hasta el fin de los tiempos y así será; nuestro deber como sus hijos radica en hacer lo correcto delante de sus ojos, obedecer sus mandamientos, conocerlo y amarlo en espíritu y en verdad. “…Y tengan por seguro esto: que estoy con ustedes siempre, hasta el fin de los tiempos”. Mateo 28:20 (NTV).

“Tu justicia, oh Dios, alcanza los cielos más altos; ¡has hecho cosas tan maravillosas! ¿Quién se compara contigo, oh Dios? Has permitido que sufra muchas privaciones, pero volverás a darme vida y me levantarás de las profundidades de la tierra. Me restaurarás incluso a mayor honor y me consolarás una vez más. Entonces te alabaré con música de arpa, porque eres fiel a tus promesas, oh mi Dios. Te cantaré alabanzas con la lira, oh Santo de Israel”. Salmo 71:19-22 (NTV).

“Pongan todas sus preocupaciones y ansiedades en las manos de Dios, porque Él cuida de ustedes”. 1 Pedro 5:7 (NTV).

¡Señor Jesucristo, Dios y Salvador nuestro; tú eres nuestra roca, nuestra fuerza y nuestra esperanza; rendimos a tus pies todas nuestras necesidades!

Por: Marisela Ocampo O.

Escrito para www.devocionaldiario.com

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