Protagonista es mejor que espectador – Maite Leija
Protagonista es mejor que espectador
Pero no basta con oír el mensaje; hay que ponerlo en práctica, pues de lo contrario se estarían engañando ustedes mismos.
Santiago 1:22 (Dios Habla Hoy)
Hace días tuve la oportunidad de asistir a una puesta en escena del ballet de mi ciudad en un teatro, era una obra tan hermosa que a mas de uno de los espectadores nos hubiera gustado ser parte de los actores sumergidos en la historia, sus vestuarios, coreografías, escenografía eran tan perfectos, se veía que disfrutaban realmente la presentación, incluso creo que ellos a pesar de su concentración en la obra llegaban a disfrutar mas que cualquier espectador en el mejor de los asientos.
La vida es esa puesta en escena de Dios, una obra perfecta con una linda historia escrita, pero de la que desafortunadamente no todos forman parte por igual, sino que a pesar de que todos tienen la oportunidad de ser actores y participar en ella, hay muchos que han decidido tomar su lugar en el asiento de espectadores, deseando por momentos formar parte de ella, pero sentados tan cómodamente que no se han movido de su lugar.
¿Te ha pasado que a veces deseas vivir aunque sea un poco de todo lo bueno que esta experimentando alguien? ¿has llegado a convertirte en el espectador de milagros y prodigios de Dios? si respondes si a alguna de estas preguntas es porque te has sentado en alguna ocasión en el asiento de espectador en lugar de tomar el libreto (que en este caso es la Palabra de Dios) y experimentar todo en lugar de solo observarlo.
El lugar de espectador es tan cómodo que en algún momento todos caemos en el a pesar de no planearlo, comenzamos solo a observar lo que viven los demás, nos dan miedo los altibajos de la vida como para arriesgarnos a vivir una obra que tiene momentos de todo tipo, en especial porque le tememos a los malos, pero a fin de cuentas también nos perdemos la posibilidad de experimentar lo bueno, y por consecuencia el final feliz que Dios tiene para nosotros, si, nos perdemos el final porque nunca nos decidimos a vivir la historia, a comenzarla.
Día a día Dios nos invita a formar parte de su propósito, tiene uno para cada uno de nosotros, Él espera que te levantes de tu asiento y te dirijas a escenario, es mejor vivirlo que solo verlo ¿no crees?, a veces tan solo una decisión nos separa de la bendición, Dios quiere hacer una obra de nuestra vida, tal vez una nueva que deba comenzar desde el principio o tal vez solo continuar con la que dejamos a medias, pero sin duda alguna la decisión siempre es nuestra, Dios tiene los planes, los guiones de tu vida, el es el director, el creador, pero tu eres el actor, el protagonista de tu historia.
Dios te ha llamado a practicar y convertir en hechos su Palabra, a no ser solamente un espectador de maravillas, sino hacerlas tuyas, ser tu el protagonista de todas esas historias, el que vive los milagros y no el que solo los ve deseando un poco de ellos, Dios tiene todo un guion de reparto listo para entregarte, miles de hechos reales en los que puedes participar, todo con tan solo una decisión “levantarte del lugar de los espectadores”.
Todos conocemos los milagros y prodigios que Dios hizo, conocemos su Palabra, sabemos de personas a las que Dios usa grandemente, que son muy bendecidas, pero… ¿Dónde estamos nosotros?, ¿Qué estamos haciendo para ser parte de esas personas? Dios puede hacer lo mismo contigo, puede usar tu vida, puede bendecirte, hacer milagros en ti, solamente sube al escenario, se tú uno de los protagonistas y deja que otros sean los espectadores.
Autora: Maite Leija
Escrito para: www.devocionaldiario.com
muy motivador. Dios los bendiga
Siempre quise ser el gran protagonista de mis sueños e ilusiones, ahora a llegado el momento de asumir el protagonismo en la obra del Señor, ponerme al frente de la misma, para cuidar de la grey de Dios y proveer del alimento espiritual que Dios me da para compartirlo con ellos. Mi sueño es ser un fiel administrador de la multiforme gracia de Dios y mi noble ilusión, es ver su casa llena de almas salvadas, pasando de muerte a vida. El Señor hará realidad esta puesta en escena, para su gloria y honor. Gracias Señor