Sólo puede derramarse lo que hay en el interior
Sólo puede derramarse lo que hay en el interior
Lucía venía con una taza llena de humeante y rico café recién hecho, caminando alegremente entre los escritorios de la oficina. Carlos venía apresurado con una pila de cajas de archivo entre sus manos, que apenas le permitían ver por dónde caminaba. Carlos no pudo ver a Lucía y se la llevó por delante, haciendo que el café de Lucía se derramara y causando una situación conflictiva entre ambos.
Carlos acusaba a Lucía por caminar distraídamente con una taza de café caliente entre sus manos.
Lucía decía que Carlos era el culpable por no mirar por dónde caminaba.
Pero en realidad: ¿Por qué se había derramado el café?
Muy simple: PORQUE EN LA TAZA HABÍA CAFÉ.
No es broma. Mientras todo está bajo control, llevamos bien la taza del cafecito rico y humeante de nuestra vida entre las manos, paseándonos entre los escritorios de esta gran oficina que es el escenario en el que transcurre nuestra vida.
Pero la vida muchas veces, nos golpea, nos saca de equilibrio. Con frecuencia aparece un Carlos –o como se llame– y nos saca de circuito, nos provoca una sacudida inesperada y el rico cafecito de nuestra taza se derrama lastimosamente.
ES QUE NO SE PUEDE DERRAMAR OTRA COSA, MAS QUE LO QUE HAY EN EL INTERIOR DE NUESTRA TAZA.
Cuando algo nos pasa, cuando la vida nos sacude feo y nos saca de equilibrio, hacemos, decimos, pensamos, expresamos, gritamos, exteriorizamos… en pocas palabras: DERRAMAMOS DE LO QUE TENEMOS ADENTRO.
Algunos dirán: ¡Señor, ayúdame!
Otros, tal vez … ¡%$#@%$&_ %$#@%$!!!!
ES QUE CUANDO NO ESTAMOS EN CONTROL, NUESTRAS CONDUCTAS EXTERIORIZAN, ACUSAN, DERRAMAN, DE LO QUE REALMENTE HAY EN NUESTRO INTERIOR.
A los creyentes, TODO NOS HA SIDO PERDONADO cuando reconocimos a Jesús como SALVADOR; MAS NO TODO HA SIDO SANADO y requiere de toda una vida de permanente revisión.
“… porque de la abundancia del corazón habla la boca.”
(Lucas 6:45b RV60)
Por: Luis Caccia Guerra
Escrito para www.devocionaldiario.com
