Señor, hazte cargo de mis asuntos
SEÑOR, HAZTE CARGO DE MIS ASUNTOS, QUE YO ME OCUPO DE LOS TUYOS.
“Señor, hazte cargo de mis asuntos, que yo me ocupo de los tuyos”.
Una expresión popular que separada de Dios y sin reconocer su Soberanía, más bien parece propuesta de cierta clase de “intercambio”, donde el siervo es el que establece las pautas y le ordena a su señor lo que tiene que hacer.
Para el creyente, esta expresión -palabras más, palabras menos- debería tener un sentido diferente. No se trata de un intercambio, sino de dedicarse como siervos que somos, más a los asuntos de Dios y menos a nuestros propios planes.
No significa esto, abandonarnos a nosotros mismos, dejar de cumplir compromisos, proyectos y responsabilidades; sino de una cuestión de PRIORIDADES. Dios primero. Anteponer a Dios y sus planes, por sobre los nuestros; al tiempo de depositar en sus manos confiadamente todas nuestras necesidades y problemas. Dejar de decirle a Dios cuán grande es el problema para mostrarle al problema cuán grande es Dios.
Pero aquí no hablamos de nuestra propia fe ni de lo fuerte que podamos ser capaces de permanecer tomados de su mano. No es con nuestras fuerzas; nuestras fuerzas son limitadas y aflojan “¿… no habéis podido velar conmigo una hora?…” (Mateo 26:40 y 41).
No es nuestra propia fe; nuestra fe es fluctuante “¿Por qué teméis, hombres de poca fe?” (Mateo 8: 25 y 26). Es en SUS FUERZAS, mas no en las nuestras. Es EN ESA FE QUE EL NOS DA, mas no en la propia nuestra. “Auméntanos la fe” (Lucas 17:5) le dijeron los discípulos a Jesús.
Un antiguo proverbio oriental, dice que Dios no mueve una aguja en donde la capacidad humana puede hacer algo, pero mueve el cielo en donde el hombre no puede hacer nada. Y es que nuestro amado Señor está dispuesto a intervenir en nuestro favor ante el más mínimo destello de fe auténtica, genuina. ¡Qué lindo es saber que pasan cosas a tu alrededor y fue Dios quien intervino!
echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.
1 Pedro 5:7 (RVR1960)
Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
Mateo 6:33 (RVR1960)
Por: Luis Caccia Guerra
Escrito para www.devocionaldiario.com