Gozo o alegría – Luis Caccia Guerra
Gozo o alegría
¿Es posible experimentar una profunda tristeza y tener gozo a la vez?
Parece en las palabras, una gran contradicción. Sin embargo, quienes hemos experimentado el Nuevo Nacimiento sabemos exactamente de qué estamos hablando.
La respuesta es: SÍ. Es posible pasar por un valle de lágrimas y a la vez experimentar el gozo de la presencia del Señor.
La tristeza, al igual que la alegría, son EMOCIONES. Y por lo tanto tienen su asiento en el ALMA. Las emociones son variables. En tan sólo un día podemos pasar muchas veces de la alegría a la tristeza y de la tristeza a la alegría, dependiendo de las circunstancias. Podemos tener lágrimas y podemos tener risas en un solo día. Pero son sólo CIRCUNSTANCIAS y EMOCIONES. Hay actores (y pastores) capaces de montar un acto profesionalmente tan bien elaborado que en tan sólo una hora, pueden arrancarte risas y lágrimas, según así se lo propongan… Pero sólo son EMOCIONES. Y las emociones varían, cambian todo el tiempo.
El GOZO, en cambio, procede de Dios. Tiene su manifestación visible a través del alma, ya que el alma, asiento de las emociones, es la encargada de transmitir al exterior lo que pasa adentro… “el corazón”, como lo llama la Biblia en muchas ocasiones (Jeremías 17:9; Salmos 25:17; Salmos 26:2). Pero el GOZO proviene de Dios. Es esa conexión, esa “antena” de la que hemos sido dotados los hombres, que no depende de la voluntad, que no depende del conocimiento, que no depende del consciente, que no depende del alma, que nos conecta con Dios, aún cuando no lo sabemos.
Las tribus primitivas sin saber, adoraron a “un ser superior”. Conscientemente inventaron “dioses”. Pero es esa CONEXIÓN tan difícil de reconocer, la responsable de estas conductas. Es que los seres humanos hemos sido así creados. Con una “antena” que nos permite conectarnos directamente con nuestro Creador. Ese es el asiento del GOZO.
Pablo sabía exactamente de qué hablaba cuando escribió:
Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.
Fiel es el que os llama, el cual también lo hará.
(1 Tesalonicenses 5:23-24 RV1960)
Y Juan…
Y tres son los que dan testimonio en la tierra: el Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres concuerdan.
(1 Juan 5:8 RV60)
Por: Luis Caccia Guerra
Escrito para www.devocionaldiario.com