En el centro de tu voluntad – Luis Caccia Guerra
En el centro de tu voluntad
¿Cuántas veces has sentido que tus oraciones se estrellan contra el techo de tu habitación y no llegan al Cielo, al Trono de Dios?
Cuando todo está trabado. Cuando todo sale mal. Cuando todo es “no”. Cuando sufres y no hay salida. Cuando el corazón se rompe sin consuelo. Cuando el duelo de una pérdida se hace insoportable. Cuando las heridas del alma sangran y duelen en un gemido indecible. Cuando las lágrimas afloran y parece que ese río amargo no va a acabar. Cuando clamas desesperadamente y no hay más que ausencia sin respuesta en vez de presencia. Cuando todas las puertas están cerradas. Cuando cada cosa que intentas termina en un callejón sin salida. Cuando esa sensación de ausencia de Dios y orfandad invade tu corazón. Cuando sientes que Dios ha dado vuelta su rostro de ti…
Tal vez sea la oportunidad de revisar tu alma. Tal vez sea ocasión de intensa reflexión y ayuno. Tal vez sea el momento de clamar en otra dirección. De reformular todas tus peticiones delante de Dios. Tal vez sea el momento de discernir entre lo que tú deseas y lo que realmente necesitas. Tal vez sea el momento de revisar tu corazón y discernir entre lo que es tu voluntad y la Soberana Voluntad de Dios. Entre lo que tú quieres y lo que Dios quiere para tu vida. Si realmente estás transitando el camino que Dios ha elegido para ti, o pretendes que Dios abra camino donde no lo hay, pero el que tú esperas; el camino que a tu parecer es el que debería ser.
Si después de haber orado alguna vez “hágase tu voluntad, Señor” y ya lo olvidaste… realmente estás dispuesto a ceder tu voluntad y aceptar la voluntad de otro… en este caso, la de Dios.
Cuando cada cosa que nos pasa se pone en perspectiva con la Eternidad, con el Dueño del Universo… las urgencias de este mundo pasan a segundo plano. Hoy invoco, pido, busco, SU PRESENCIA EN TU VIDA, SU PRESENCIA EN MI VIDA, SU PRESENCIA EN NUESTRAS VIDAS… con eso basta.
Hoy quiero estar y permanecer en el centro de tu voluntad, oh, amado Señor. Hoy quiero permanecer en las alturas, en las cumbres, de estar postrado y abrazado a tu pies, oh amado Señor.
Hoy invoco, busco, necesito de tu presencia en mi vida, que tú guíes cada uno de mis pasos por esta vida.
Hoy quiero permanecer en el centro de tu voluntad, Señor.
No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
(Romanos 12:2 RV60)
Por: Luis Caccia Guerra
Escrito para www.devocionaldiario.com