Lo que siembras hoy lo cosecharas mañana – Lucy Carmona

LO QUE SIEMBRAS HOY LO COSECHARAS MAÑANA

“Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán.”

 Salmos 126:5

Cuan ciertas fueron estas palabras del salmista al hablar de la ley inquebrantable de la siembra y la cosecha, pues la vida está regida por ella. Mucho de que hoy día segamos ha sido producto de lo que hemos sembrado.  Es menester que tengamos en cuenta esta ley pues nos hará sabios en nuestra vida. La Biblia señala “No os engañéis, todo lo que el hombre sembrare, eso también cosechara”. Cuando sembramos ponemos empeño, dedicación, cuidados, desprendimiento, generosidad  y amor.  Por supuesto, no es fácil sembrar ya que tomara tiempo, arduo trabajo, desvelos, sinsabores y frustraciones. Cuando sembramos, le creemos a Dios.   Aprendemos a dejar el orgullo a un lado y comenzamos a ver y a tratar otras personas como nos gustaría que nos trataran a nosotros.

 Un ejemplo de ello son los padres que ven nacer a su hijo, lo llevan de la mano por cada una de las etapas de ese niño; sacrificando tantas cosas por amor.  Un día ven a ese joven o a esa doncella lograr su sueño realidad, hacerse hombres y mujeres de bien y con gozo podemos decir ¡Ese es mi hijo!  Sé que es chocante para muchos el hecho de que han hecho todo cuanto han podido,  pero a la larga el fruto no es el esperado.  Y nos preguntamos ¿en que hemos fallado? Es difícil entender muchas de las situaciones que tiene la vida, pero la Biblia nos dice claramente: “No nos cansemos, pues, de hacer el bien, porque a su tiempo segaremos si no desmayamos. (Gálatas 6:9) ¡Eso indica perseverancia!  ¡No todo está perdido si has sembrado en el orden de Dios!  A veces nuestros ojos naturales no nos permiten ver más allá de lo que Dios está haciendo en nuestra vida y con los nuestros.  Recuerda que la Palabra nos alienta al decirnos: “Instruye al niño en su carrera y aun cuando fuere viejo no se apartara de ella”.  Muchas lágrimas brotan por muchas mejillas de siervos y siervas de Dios quienes dedicaron su vida al cuidado y atención de sus hijos, pero ellos han querido experimentar en este mundo de pecado y hoy día se hunden en vicios y pecado, debo recordarte una vez más que  ¡Dios está en control!

Es interesante ver el caso de un esposo hacia su compañera o viceversa. En ocasiones somos indiferentes hacia el cónyuge, no sacamos tiempo para escucharlos, para atender sus necesidades; el fracaso es el destino de una relación de esta naturaleza.

Debemos  aprender a sembrar de todo:  un abrazo, una sonrisa, una palabra de aliento, nuestro tiempo, un regalo especial, una llamada telefónica, un mensaje de texto, una tarjeta de felicitación,  tus conocimientos, tu dinero, tu ayuda.

El sembrar y el dar van de la mano; es abrir la puerta  al fluir de la bendición de Dios en tu vida.

¡Nunca dejes de sembrar!

Autora: Lucy Carmona

Escrito para www.devocionaldiario.com

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