Kenny Quijada – La Obediencia que agrada a Dios
Tema: “La obediencia que agrada a Dios.”
Texto: Mateo 3:16 – 17
“Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia”.
Jesús desde su nacimiento fue un santo ya que por obra y gracia del Espíritu Santo fue concebido por su madre María.
Desde sus inicios su vida fue santa, es decir, apartada del pecado y como parte de su vida acá en la tierra cumplió con el mandato de obediencia a su padre bautizándose por Juan el Bautista en el río Jordan. En ese momento de su bautismo cuenta la Biblia que los cielos fueron abiertos y en ese momento descendió como paloma sobre Jesús el Espíritu de Dios, también hubo una voz del cielo que dijo: “Este es mi hijo amado, en quien tengo complacencia.”
Nosotros como hijos de Dios somos sus hijos amados, somos la niña de sus ojos, pero será que Dios tiene complacencia de nosotros?
Jesús desde que vino a la tierra fue un hombre como tu y como yo, pero obediente y claro en su misión como hijo de Dios. El bautismo en su vida marco el inicio “publico” de su ministerio terrenal, los milagros que realizó, las curaciones de enfermedades que hizo, las expulsiones de demonios, tales actos fueron obras que solo el hijo de Dios pudo hacer.
Hoy día, Dios a través de nosotros sus hijos amados, los que hemos reconocido a Jesucristo como Señor y Salvador, puede hacer esas señales y prodigios que realizó en aquel entonces a través de Jesús para que su nombre sea glorificado. Dios hoy día quiere que las personas que te rodean vean en ti un reflejo suyo, su gracia, su amor, pues ya El nos los dio primero a nosotros.
Amado hermano, será que Dios puede decir de ti ¿Este es mi hijo amado, en quien tengo complacencia? Dios te recuerda en este momento que debes ser obediente a sus mandamientos y estatutos, que debes amar a tu prójimo como a ti mismo, que debes anunciar el evangelio a las personas que te rodean y que sabes que no conocen a Dios, que debes buscarlo y agradarlo con toda tu forma de vivir.
Amados, Dios es bueno y para siempre son sus misericordias que se renuevan cada mañana, agradezcámosle a Dios las oportunidades que día a día nos da para hacer su voluntad, y darnos cuenta que su amor por nosotros es el que nos mantiene con vida.
No basta con decir que eres buena persona, no basta con hacer buenas obras, no basta con decir que Crees en Dios, no basta con ir a la iglesia un domingo por la mañana y el resto de la semana hacer cosas que no agradan al creador. Amados, Dios quiere obediencia y debes decidir si aceptar a Cristo como Señor y Salvador y obtener la Vida Eterna que Dios te ofrece cumpliendo sus mandamientos o seguir con la vida que llevas.
Dios nos ha llamado para que obedezcamos sus mandamientos, de esa forma EL podrá decir “Este es mi hijo amado, en quien tengo complacencia.”
¡Dios te Bendiga!
Autor: Kenny Quijada
Escrito para: Devocional Diario.com
que fuena refleccion