¿Cómo Orquídeas? – Juan Carlos Aguilera
¿Cómo Orquídeas?
por Juan Carlos Aguilera
“Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad.”
Eclesiastés 1:2
Una de las plantas que han llamado más mi atención son las orquídeas y no es que sepa de botánica, pero solo lo que ha podido percibir mis ojos esa hermosura que refleja y entiendo lo que quiso decir el Señor que ni aun Salomón con todo su dinero y gloria pudo vestirse como una de esa flores del campo, realmente es impresionante su hermosura.
Meditando en esa hermosura y también en lo que dice la escritura que el Hombre es como la flor del campo; en esta reflexión quiero tomar solo a las orquídeas y para ello quiero describirla y denotar lo que es significativo en nuestra vida, si lo que se ve de nosotros o lo que somos realmente.
Conozcamos un poco de las orquídeas.
Es unas de las plantas que poseen las flores más hermosas y exóticas; pero en sí mismas tienen unas particularidades propias de su género:
• Como las demás plantas aprovecha bien el proceso de fotosíntesis.
• Ya que su raíz no está comúnmente en la tierra, ellas aprovechan el agua que está en el ambiente como lluvias y hasta la que posee el aire.
• Se forma en árboles, pero no parasita el mismo sino solo se enlaza pero de una manera tan fuerte que llega afectarlo. Y el lapso de vida de la orquídea va a depender de la plataforma que tiene (el árbol en que está).
• Aunque son muy hermosas no dan frutos.
Es curioso que nuestra vida se puede compara a estas plantas y me podrías preguntar ¿Por qué mi hermano?, a eso vamos.
Cuantas veces nosotros queremos resplandecer y que todos nos vean, bueno eso es común y no que sea malo eso forma parte de toda persona; pero lo triste es cuando somos llamativos y comenzamos nuestra vida colorida y hermosa ya no importa que somos o los frutos que estoy llevando sino que me sigan viendo que estoy muy bien y que nadie puede ser como yo ni hacer lo que yo hago.
Y en muchos de los casos por nuestra propia naturaleza ya olvidamos que aun estamos aferrados a alguien que nos ayuda y que sin querer o queriendo lo estamos marcando, pero seguimos pensando en lo bien que lo estamos haciendo y lo bien que estoy.
Bueno soy el del momento y hasta podemos obviar que nuestro sistema de fotosíntesis proviene del sol de Justicia (Jesús) y que la lluvia y ese aire que nos da de ese líquido preciado que hace que mantengamos nuestra belleza me lo ha mandado Dios.
Y en los peores de los casos no nos detenemos a pensar si nuestros frutos permanecen, sino se lo está llevando el viento y aun si estamos dando frutos. Es triste pensar en esto cuando la única solución es comenzar de nuevo o derribar nuestros principios que iban en contra de los que Dios quiere de verdad.
Sin nos vamos a la luz de la palabra, Dios no quiere que seamos como los Orquídeas que dependamos de otra persona para surgir ni que seamos solo de hermoso parecer ya que tarde o temprano eso pasara y esa gloria que pensamos tener veras que de nada valió ya que no estabas en tus fundamento sino en el de otro y que aunque eres muy hermoso no has llevado frutos realmente y si lo has dado son tan vanos que el viento se lo lleva.
El salmista pudo decir que los bienaventurados de Dios “Serán como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que dan su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hacen, prosperará.”
Comprendamos la posición que tenemos delante de Dios, somos su pueblo especial llamado a continuar el ministerio de nuestro Señor Jesús que en todo fue amor, justicia y verdad; amigos no vivamos por la apariencia de la vida, ya que si nos dejamos engañar por las cosas vanas cuando nos demos cuenta estaremos en medio de un gran laberinto.
Si nuestra vida hasta ahora ha sido apariencia pero sin frutos, detengámonos por un momento y pensemos si seguimos siendo como las orquídeas las cuales todos los que las ven se impresionan por su hermosura pero tú sabes que no es nada significativo ser solamente de hermoso semblante pero sin frutos que puedas dar; o seremos como ese árbol que está bien plantado y que todo el que pasa aunque no se impresionen por sus características pero están esperando el tiempo para comer de tus frutos.
Mientras aun tengamos vida hay tiempo para decidir que seremos, es tiempo de tomar las promesas de Dios y ser de bendiciones para nosotros mismos y para los que nos rodean y tengamos presente que nuestro Señor quiere que seamos como la aurora de la mañana que va en aumento.
“Cuando tomemos en cuenta a Dios en todas las cosas que hacemos, el nos tomará en cuenta a nosotros y nos cuidara para que llevemos los frutos en el tiempo que Él determinó”
Escrito para www.devocionaldiario.com
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