REFÚGIATE EN EL SEÑOR

“Esperad en él en todo tiempo, oh pueblos;  Derramad delante de él vuestro corazón; Dios es nuestro refugio. Selah”

Salmos 62:8

Cuando la vida es agitada, los problemas nos agobian, nuestros planes se estrellan contra un muro de dificultades y nuestra fuerza desfallece, es posible que nos sintamos solos, abandonados u olvidados, creemos que esa situación nunca terminara o que la espera parece eterna y nuestro ánimo y semblante caen, haciéndonos sentir deprimidos, ansiosos o estresados.

Sin embargo,  Dios en su inmensa gracia y misericordia, siempre esta presente, cubriéndonos con su paz, su amor y su gracia y sean cuales sean las circunstancias, El, es nuestro pronto auxilio en las tribulaciones, nuestro Oasis en medio del desierto y nuestro refugio, torre fuerte y nuestra roca fuerte en medio de la tormenta.

Mucho se dice en el mundo acerca del yoga, la meditación, la relajación y las técnicas de respiración para recuperar el control en tiempos de angustia, estrés o impaciencia y puedo asegurarles que personalmente he estudiado y aplicado todos estos métodos, con muy buenos resultados, pero al fin y al cabo pasajeros y de muy corta duración, pues he aprendido que la aparente paz y tranquilidad que se alcanzan, se pierden tan pronto como sales de tu estado de meditación y de nuevo te encuentras frente a tu propia realidad.

La buena noticia es que gracias Dios, Si existe un lugar en lo interno de nuestro ser, en el fondo de nuestro corazón, en nuestra alma o en nuestra mente, donde podemos conectarnos efectivamente con nuestra parte espiritual y disfrutar de la presencia de Dios, del gozo y la paz que Él nos proporciona y que éstas si nos llenan de  una paz duradera, permanente y constante, pues esta cimentada en la piedra de la fe, en el poder del fuego del Espíritu y en la fortaleza y la promesa de Dios, que siempre esta allí esperándonos con los brazos abiertos para que vayamos a él.

Quien acepta el amor de Dios, acepta un tesoro de verdaderas riquezas en su corazón y solo necesita el tiempo y la buena voluntad para aislarse un ratico cada día y navegar en el océano del Espíritu; allí esta su Reino y de allí esta nuestro refugio, a donde podemos entrar deprimidos, compungidos y desesperados y salir completamente recargados, felices, con paz y con esperanza y no solamente en momentos de angustia, sino también en momentos de alegría y de jubilo, cuando estamos felices y agradecidos con Dios. Lo mejor de todo esto es saber que Dios, nuestro amado refugio, esta siempre disponible, de día, de noche, en el trabajo, en el hogar, en la calle, en el estudio; solo tenemos que hacer un alto – un pare – de un segundo, cerrar nuestros ojos, respirar profundamente unas tres veces y entrar en nuestro refugio, hablarle lo que nos sale del corazón y recibir sus regalos, su gracia y   su paz que sobrepasa todo entendimiento.

Disfrutar de la presencia de Dios es completamente gratificante y lo mejor es GRATIS, hazlo ahora mismo y sentirás que por tu ser corren los ríos de agua viva de que habla Jesús y esta agua viva, te lava, te limpia, te purifica, se llena, sacia tu sed, te sana y te ayuda a vivir una vida mas feliz, con una actitud diferente frente a las circunstancias y a los problemas y te fortalece en fe y los demás frutos del espíritu. Recuerda que un corazón alegre hermosea el rostro, quita de tu vida, toda raíz de amargura, Dios nos habla hoy esta esperándonos para llenarnos de su Espíritu.

“Has amado la justicia y aborrecido la maldad; Por tanto, te ungió Dios, el Dios tuyo, Con óleo de alegría más que a tus compañeros”.

Salmo 45.7

Autora: Hefzi-ba Palomino

Escrito para www.devocionaldiario.com

Compártelo en Facebook