Elías y la viuda de Sarepta – Hefzi-ba Palomino

Elías y la viuda de Sarepta

por Hefzi-ba Palomino

Levántate, vete a Sarepta de Sidón, y mora allí; He aquí yo he dado orden allí a una mujer viuda que te sustente.

1 Reyes 17:9

Hasta aquí, todo bien para el gran profeta Elías; iba a cumplir con el mandato del Señor, pero aun no sabia que la pobre viuda, que además tenia un hijo que alimentar, estaba a punto de gastar sus ultimas reservas de aceite y harina, ingredientes necesarios para elaborar el pan de ese su ultimo día, pues el hambre azotaba esa región y ella ya creía que se moría. Por otro lado, ella tampoco sabia los planes que Dios tenia para ella y si alguien le hubiera dicho que llegaría a su casa un hombre para que lo sustentara, tal vez ella habría pensado: “¿Qué yo lo alimente, le de posada y lo sustente? Pero si ni siquiera tengo lo suficiente para mí y para mi hijo”. Sin embargo, es hermosa esta historia porque Dios ya tenía todo previsto para salvar y proveer a esta desmembrada familia.

De la misma manera, todos pasamos o hemos pasado necesidades y dificultades: viudas, madres solteras, esposas e hijos abandonados, desempleo, desesperanza, dolor y frustración. ¡Hay tanta necesidad de amor, consuelo y esperanza en el mundo! Y Dios lo sabe, el conoce cada corazón y cada pensamiento y al igual que a esta viuda de La Biblia, que lindo es saber que Dios ya tiene un Plan de salvación, de rescate, de provisión y de sustento, diseñado para cada uno de nosotros.

Este devocional de hoy nos muestra la multiforme gracia de Dios, al darnos a su Hijo Jesucristo y todas las cosas por medio de El; tal vez no sepamos cómo, ni cuando, El va a responder a nuestras oraciones, o si lo que pedimos es lo que realmente necesitamos o lo mejor para nuestra vida; lo que sí sabemos es que El, nos ama, que está con nosotros cada día de nuestra vida, que Jesús nos dejó su Espíritu Santo como consolador, guía y maestro y que su palabra nos da fuerza, esperanza y hermosas promesas, a las cuales aferrarnos, en las cuales creer y las cuales esperar.

Dios nunca nos falla, ni nos abandona, lo mas seguro es que los débiles seamos nosotros y necesitamos pasar alguna etapa de nuestra vida por el desierto, sentir hambre y sed, necesidad de El, sentir escases de recursos, contemplar que nuestras reservas se agotan, para rendirnos a El, gritarle con toda la fuerza de nuestro corazón, reconocer que lo necesitamos, que nos ayude, que favor rompa los lazos que nos mantienen atados, los yugos que nos esclavizan, o que nos libere de eso que no nos deja experimentar la completa libertad que tenemos en el Espíritu y en Cristo Jesús.

Continuando con la historia de la viuda, a pesar de sus circunstancias y escasez, veamos la actitud, la respuesta blanda, amable y el corazón dispuesto de la viuda hacia el profeta Elías, cuando éste le pide agua en un vaso para beber y un pedazo de pan, ella le responde: “Vive Jehová tu Dios, que no tengo pan cocido; solamente un puñado de harina tengo en la tinaja, y un poco de aceite en una vasija; y ahora recogía dos leños, para mi y para mi hijo, para que lo comamos, y nos dejemos morir” a lo que Elías le responde, pues haz conforme a lo que has dicho, pero hazme primero a mi una tortilla pequeña, pues debía estar hambriento y exhausto por el viaje y he aquí la gran bendición que le llegó a la viuda por medio de Elías:

v. 14. Porque Jehová Dios de Israel ha dicho así: La harina de la tinaja no escaseará, ni el aceite de la vasija disminuirá, hasta el día en que Jehová haga llover sobre la faz de la tierra.

Sea cual sea hoy tu necesidad, has tuya esta promesa, que traducida a nuestro lenguaje de hoy diría: No temas, porque Yo Soy, Tu Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo y tu trabajo no faltara ni para ti ni para tus hijos, ni tu provisión diaria, comida, techo y vestido.

Tal vez le estés pidiendo algo al Señor que en este momento no tienes, pero yo te pido de todo corazón, no desmayes, esfuérzate y se valiente y espera, porque El Señor te bendecirá, pueda que no te de lo que le pidas, pero fíjate en lo que ya tienes, porque eso va a ser lo que El Señor bendiga, hoy. ¿Como están tu aceite y tu harina? Tienes poco trabajo, pocos clientes, poca salud, lo que sea que tengas poco, El, lo bendecirá hasta que sobreabundes y no te faltará nada, tu parte del trato es orar con fe, creer y esperar en El.

Y hay también una parte del trabajo que te corresponde a ti, al igual que la viuda tuvo que ir a buscar la leña, prender el fuego, amasar la harina y hacer el pan; abre tus ojos y tu corazón al Señor y comenzaras a ver nuevas oportunidades, puertas que se abren, entra en ella, haz tu tarea, toca, pide, esfuérzate y se valiente, toma lo que es para ti, lo que es tuyo, lo que El Señor te da hoy, aférrate a su palabra, a sus promesas y veras la bendición de Dios, sobre tu vida; cambia tu actitud y entrégale tu corazón.

En Mt 14:13-21; Lc.9.10-17; Jn. 6.1-14 y Mc.6:30-43. Podemos constatar que Jesús también utilizó en una de sus enseñanzas, lo que ya tenían: 2 peces y cinco panes, para multiplicarlos y alimentar a la multitud, como 5.000, porque tuvo misericordia de ellos.

Jehová es mi pastor; nada me faltara.
En lugares de delicados pastos me hará descansar;
Junto a aguas de reposo me pastoreara.
Confortara mi alma;
Me guiara por sendas de justicia por amor de su nombre.
Aunque ande en valle de sombra de muerte,
No temeré mal alguno, porque tu estarás conmigo;
Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.

Salmo 23: 1-4

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