Si estás perdiendo la fe – Estephany Cordova V.

Si estás perdiendo la fe

En cuanto a mí, a Dios invocaré, Y el SEÑOR me salvará. Tarde, mañana y mediodía me lamentaré y gemiré, Y El oirá mi voz.
Salmos 55:16

La fe es el cimiento de todo; sin la fe no somos nada; ya sea que usted haya puesto su confianza en Dios o no, la fe es lo que le mueve a creer.

Hace algún tiempo escuché una canción que lleva por título “Si estás perdiendo la fe” y fue precisa para el desierto espiritual en que me encontraba. No hacía más que llorar y pedirle a Dios me mostrara la verdad de algunas cosas y sobretodo me ayudara a realizar su perfecta voluntad.

Cuando Dios nos tiene en espera, no es fácil seguir caminando porque estás al pendiente de su respuesta que algunas veces son rápidas y otras siguen un proceso largo. Solo sé que para mí fue demasiado largo el tiempo que el Señor se tomó y aún se sigue tomando porque todavía no sé que desea de mí con respecto a una pregunta que le vengo haciendo más de cuatro meses. Camino lento como una tortuga pero en silencio.

No voy a negar que estar en desconcierto debilita el espíritu; sin embargo sé que debo poner mi confianza en Dios a pesar de todo. No es sencillo, creo que es lo más difícil; ya que le haces esa pregunta una y otra vez y al parecer las oraciones no llegan al cielo.

Querido hermano(a) si en este momento se encuentra esperando una respuesta o confirmación de Dios, trate en lo posible de respirar profundamente y despejar su mente, de un paseo así este sea muy pequeño y trate de prestar atención a la naturaleza y conéctese con Dios. A veces es necesario que guarde silencio viendo la naturaleza en todo su esplendor y no decir ni una sola palabra.

Decirle que no pierda la fe es quizás en este momento algo difícil de decir y hasta muy monótono para sus oídos. Decirle que no pierda la calma es quizás hasta fuera de lo normal pero lo que si no es fuera de nada es que Dios, así usted haya pensando lo contrario, NO SE HA OLVIDADO DE USTED NI DE MÍ.

Es áspero el camino que usted camina hoy, es desconsolador todo lo que tiene que vivir, a veces siente que su cabeza va a estallar de tanto pensar en la manera de salir de esa situación.

Ayer sin casi nada de aliento hablé con Dios, a veces las lágrimas también se cansan pero hay algo que nunca se detendrá, mi clamor querido hermano(a) ese nunca morirá, ya sea que lo proclame con mi voz o aun mejor con del alma.

Debo confesar que dejé de orar en mi necedad de pensar que Dios ya no me escuchaba o estaba demasiado molesto conmigo como para dirigirme la mirada; sin embargo tengo demasiadas bendiciones como la vida y aunque esta se torna más difícil cobra vida cuando la ponga en sintonía con mi identidad, la de ser hija de Dios.

Señor, sé que cometo errores a diario, peco de pensamiento, palabra y acción, tengo miles de defectos que sé se perfeccionan gracias a ti. En estos momentos el panorama es totalmente incierto y las fuerzas de alabarte y leer tu palabra se han ido, me siento débil tanto física como espiritualmente pero sé que estás a mi lado. No tengo la menor idea como recuperarme pero sé que tú me pondrás feliz y alegre, sé que si confío en ti más que en mí, todo pero todo cesará. Una vez más, sé mi escondite, mi refugio, vuelve mis ojos a ti, y apodérate de mis angustias, preguntas y dudas. Te lo entrego y aunque mi fe está menguando, tengo la convicción que eres mi Dios y que todo el tiempo que hemos pasado juntos sirven para que yo no me separe de ti.

Autora: Estephany Cordova V.

Escrito para www.devocionaldiario.com

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