Compasión – Enrique Monterroza
Compasión
A veces vivimos en medio de una pueblo cristiano que no conoce o no utiliza la palabra compasión. Estamos tan acostumbrados a ser duros con las personas, a darle la espalda a los que pecan y son descubiertos, a desechar a aquellos que ya no nos son útiles y convertimos sin darnos cuenta el cristianismo en “club exclusivo para perfectos”.
Yo no soy perfecto, pero si soy perdonado y estoy siendo transformado cada día de mi vida y esa obra que Dios comenzó cuando le abrí mi corazón terminara el día en el que Él venga por nosotros.
Siendo sincero a mi me costo mucho poner en practica la palabra compasión, crecí en un ambiente cristiano en donde me exigían sin que se viera como tal, que fuera perfecto en todo, en mi manera de vestir, de hablar, de comportarme y hasta de peinarme el cabello, era una insistencia tal que al ver que otros no cumplían con dichos requisitos tendía a pensar que no eran cristianos o que no habían tenido un encuentro real con Dios.
Fui muy duro con algunas personas que “no daban la talla”, según yo, hoy en día me doy cuenta lo equivocado que estaba, lo duro que fui sin tener razón alguna para serlo y los errores que cometí pensando en su momento que hacia lo correcto.
A veces con nuestros inventos sobre la vida cristiana lo único que hacemos es cerrarle la puerta a las personas para que conozcan de Jesús, ya que al inventar un Standard tan elevado de vida cristiana lo único que hacemos es que la gente se de cuenta que no podrá llegar a “ese nivel” que predicamos y con ello lo que la gente hace lejos de acercase a Dios es alejarse y darse cuenta que no pueden pertenecer a ese grupo de personas “súper perfectas”.
Yo predico un evangelio no para los perfectos, sino para los que no lo somos, para aquellos que reconocemos que necesitamos de Dios cada día, para aquellos que reconocemos que todos los días es una oportunidad más para intentar agradar a Dios y que si en algún momento fallamos, tenemos gracias a su misericordia la oportunidad de reivindicarnos e intentar ser mejores para Él, pero esa intención solo puede nacer de un corazón que es agradecido y que ama al Señor, no por una imposición ni por una amenaza, sino por una decisión que proviene del darse cuenta lo que Dios ha hecho, esta haciendo y hará en nuestra vida.
¿Cómo estas tratando a los que les es difícil agradar a Dios?, ¿Estas desechando a los que pecan?, ¿Les das la espalda a los que fallan?, ¿Te olvidas de los que un día te fueron útiles para la obra pero que ahora ya no?, ¿Cómo son tus actitudes hacia esa clase de personas que no llenan el “Standard” que tu necesitas?, ¿Los ignoras?, ¿Los desprecias?, ¿Les cierras las puertas?
A veces deberíamos reflexionar un momento sobre nuestras actitudes hacia nuestro mismo pueblo, hacia nuestro mismo cuerpo, porque estamos siendo demasiados duros, en lugar de restaurar estamos terminando de sepultar, en lugar de levantar, los dejamos en el suelo, no estamos teniendo compasión por la gente.
Al leer la Biblia deberíamos tomar ejemplo de nuestro Señor Jesucristo en cuanto a su compasión hacia las personas:
Compasión por los perdidos y confundidos:
“Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor.” Mateo 9:36 (Reina-Valera 1960)
Compasión por los enfermos y necesitados:
“saliendo Jesús, vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, y sanó a los que de ellos estaban enfermos.” Mateo 14:14 (Reina-Valera 1960)
Compasión por los hambrientos y débiles:
“Y Jesús, llamando a sus discípulos, dijo: Tengo compasión de la gente, porque ya hace tres días que están conmigo, y no tienen qué comer; y enviarlos en ayunas no quiero, no sea que desmayen en el camino.” Mateo 15:32 (Reina-Valera 1960)
Si queremos vivir y reflejar un verdadero evangelio tenemos que tener compasión de la gente, no hablo de ignorar el pecado o de acariciarlo, ni mucho menos de felicitar a los que fallan, hablo de compresión, de amor, de ayuda, de restauración, ¡De eso hablo! Pero para ello necesitamos tener primero compasión para poder actuar.
Hay un consejo que el Apóstol Pablo da a los Gálatas que deberíamos tener muy presente nosotros a la hora de juzgar o querer reprender las acciones de otros, el Apóstol Pablo aconsejo lo siguiente:
“Amados hermanos, si otro creyente está dominado por algún pecado, ustedes, que son espirituales, deberían ayudarlo a volver al camino recto con ternura y humildad. Y tengan mucho cuidado de no caer ustedes en la misma tentación. Ayúdense a llevar los unos las cargas de los otros, y obedezcan de esa manera la ley de Cristo. Si te crees demasiado importante para ayudar a alguien, sólo te engañas a ti mismo. No eres tan importante. Presta mucha atención a tu propio trabajo, porque entonces obtendrás la satisfacción de haber hecho bien tu labor y no tendrás que compararte con nadie. Pues cada uno es responsable de su propia conducta.”
Gálatas 6:1-5 (Nueva Traducción Viviente)
Hoy quiero invitarte a dejar de desechar o ignorar a los que fallan, a los que pecan, a los que realmente les cuesta ser fieles a Dios, en su lugar ayúdalos, ámalos, ten ojos de compasión para ellos, restáuralos con ternura y humildad, sabiendo que en cualquier momento nosotros también podemos cometer errores semejantes.
Trata a cada persona como te gustaría que te trataran si estuvieras en su lugar, no olvides que estamos acá para restaurar, para ayudar y no para criticar y derribar.
Vivamos cada día sabiendo que cada uno de nosotros tenemos áreas difíciles de sobrellevar que a lo mejor no son publicas pero si privadas, por ello tengamos compasión los unos de los otros, en lugar de criticarnos entre nosotros, ayudémonos a salir adelante de todo y con ello agradar a Dios.
Si ves a alguien que ha caído, no lo pisotees ni lo ignores, detente, extiende tu mano, levántalo, ayúdalo a curar sus heridas y llévalo nuevamente a la cruz del calvario para que Cristo pueda restaurar esa vida nuevamente y por completo, entonces allí comenzaras a hacer lo que Dios quiere que hagamos nosotros sus hijos, pues somos hermanos e hijos de un mismo Padre, tratémonos y vivamos como tales.
¡Ten compasión!
Autor: Enrique Monterroza
Escrito originalmente para www.destellodesugloria.org
Autorizado para publicarse simultáneamente en: www.devocionaldiario.com – www.enriquemonterroza.com y http://reflexionesydevocionales.blogspot.com
Excelente Devocional!
uno de los frutos por la cual el señor nos conocerá es el amor, al SEÑOR al prójimo al caído al hermano,nuestro SEÑOR no a venido a llamar a justos, si no a pecadores al arrepentimiento
EN CIERTAS OCASIONES HE VISTO CUANDO SE MIRA O MIRAMOS A ALGUIEN QUE ESTA EN PECADO Y DEFINITIVAMENTE ESTA LEJOS DEL CORAZON DE DIOS Y LE VEMOS POR ENCIMA DEL HOMBRO Y CREEMOS QUE LA GRACIA Y LA MISERICORDIA DE DIOS NUNCA LLEGARA A SU VIDA, O PEOR AUN,, NO LA MERECE, PERO POR LAS OBRAS MARAVILLOSAS DEL SEÑOR, ESA PERSONA LLEGA A SUS PIES Y ES UTILIZADA AUN MUCHO MAS QUE OTRAS QUE DICEN SER SUPERESPIRITUALES Y DAN MAS FRUTO Y SE ENTREGAN CON MAS PASION,,,ES UN COMENTARIO MUY ACERTADO
WOW ! ¡Qué mensaje! Me ayuda muchísimo para cambiar mi enfoque y practicar la compasión con no creyentes especialmente, y ver cómo estaba yo antes de conocer a Jesus. Recordar que debo tratar a otros como quiero que me traten a mi cuando caigo.
GRACIAS DIOS POR ABRIRME LOS OJOS
Gracias Enrique DTB
Excelente devocional que abre corazones a todo quien lo lea,y a quien peor lo pasa,has estado acertado en todo el contenido que acabo de leer,que me ha motivado a hacer esta pequeña reflexión,que DIOS siga
bendiciendo a quien tanto bien sabe hacer por los que creen en JESÚS.
La vida es difícil pero amar al SEÑOR es muy fácil y muy gratificante
para los que soñamos con la vida eterna.Todos fallamos y cometemos
errores,pero lo bello de la vida es saber rectificar porque es de
humanos,hay que ayudar al más débil porque todos somos importantes
ante los ojos de DIOS.No podemos juzgar las acciones de los demás sin
dejar de mirar primero las nuestras.ORACIONES Y BENDICIONES PARA TODOS.GRACIAS.
Este artículo está muy bien redactado y me hace pensar que para los que se sientan orgullosos les viene muy bien.Es una buena inyección
de enseñanza,y al mismo tiempo de humildad.Todos cometemos errores
pero hay una palabra tan fácil de pronunciar que se llama ¡PERDÓN!.
Gracias Padre por hacernos ver que hay tanta gente buena que dedica
su tiempo al consuelo de los demás.
Tener compasión y no seamos tan soberbios y nos riamos de los demás
porque todos sabemos hacer lo mismo,pero gracias a Dios que no todos
somos iguales.Este mensaje viene muy bien a muchas persona que creen
en la vida sabérselo todo,pero también tienen fracasos y cometen errores como el que más,toda persona es valiosa ante los ojos de Dios.
Y merece ser respetada y querida,ya el hecho de ser persona le honra.
Pongámonos en el lugar de esas personas,seguro que no nos gustaría que
nos tratase mal e hiciera criticas donde no las hay,tener compasión y
ser más generosos con amar al prójimo eso sería lo ideal y lo correcto.Amaros como Dios nos ama.La compasión de Dios es la que nos
regala un nuevo amanecer.Gracias Enrique por esas bellas palabras a tus lectores.
Amen
Cierto, cortante como espada de dos filos, si yo no tengo amor, yo no soy nada. La compasión es fruto de un amor vivo, y de un Jesús que vive en nosotros. Si no hay compasión, somos sepulcros blanqueados, y a pedir a Dios que reviva nuestros huesos secos!!