Charles Stanley – No se permiten sustituciones
Tema: “No se permiten sustituciones”
Leer: Jonás 1-2
La historia de la resistencia de Jonás al llamado del Señor es famosa. Pero, ¿no es lamentable que Dios tuviera que recurrir a medidas tan extremas para lograr que Su profeta obedeciera?
Jonás hizo lo que todos nosotros tratamos de hacer a veces: sustituir el plan de Dios por el nuestro. Hay veces que sabemos lo que el Señor piensa, pero aun así nos resistimos. Cuando oramos, parece como si Él nos recordara el asunto que hemos estado tratando de evitar. La presión de actuar nunca se reduce hasta que decidimos hacer lo que Dios nos pide, o decidimos dejar de orar. Actuamos, pero no de acuerdo con Su plan para nosotros. Lo que hacemos es proceder según nuestros deseos, tratando de ahogar la voz de Dios. Hasta es posible que nos involucremos en algún ministerio, esperando que eso endulce a Dios.
Pero el resultado de un servicio con la motivación equivocada sólo será infelicidad. Todo lo que no sea obediencia total es desobediencia; si aprender este principio requiere que una dificultad del tamaño de una ballena nos trague, Dios lo permitirá. Al Señor no le interesa nuestra conveniencia o comodidad; Su objetivo es conformar a Sus hijos a imagen de Cristo y usarlos para llevar el evangelio a todo el mundo. Es egoísta sustituir Su plan por el nuestro.
Cuando resistimos el plan perfecto de Dios para nuestra vida por lo que podría costarnos en tiempo, dinero o nivel social, caemos más profundamente en el vientre del conflicto y de la ansiedad. Pero en el momento en que nos arrepentimos y decidimos obedecer, somos librados de la prisión de la desobediencia autoimpuesta. Obedecer el plan de Dios para nuestra vida conduce a la paz y el gozo.