La Historia se trata de El – David Castañeda

LA HISTORIA SE TRATA DE ÉL

por David Castañeda

“Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén.”

Romanos 11:36

Sé que este versículo se refiere a nuestro Señor Jesucristo y hoy basándome en él haré una reflexión sobre el Espíritu de Cristo que está en nosotros. No podemos tratar al Espíritu de Dios como nuestro sirviente, “NOSOTROS somos sus sirvientes”. Dios no es un ser existente solo para hacernos favores o solucionarnos la vida, o como dicen por ahí fue creado porque el ser humano necesita creer en algo, así no son las cosas, la verdad es que DIOS es DIOS, le pese a quien le pese, y la vida es de él. Él mismo es la vida, esta historia se trata de Él y no de nosotros, nosotros le servimos a él.

Muchos buscan el favor de DIOS y no se percatan en el detalle de que él nos da mucho de su favor con el simple amanecer. Que nos da oportunidad de respirar y abrir los ojos diariamente y constantemente. Cuando nos detenemos a pensar, podremos llegar a la conclusión de que eso es mucho favor de DIOS. Claro que no es todo lo que DIOS puede hacer, pero ya es mucho. Pienso que si queremos más del favor de DIOS tenemos que darle nosotros nuestro favor a DIOS, es como en todo, que mengüe tu carne para que DIOS viva, le entregas tu voluntad a DIOS y el te entrega su voluntad, le das tu favor a DIOS, y el te dará del suyo en abundancia.

La diferencia entre una persona que vive en lo sobrenatural a la que no, pienso que es la siguiente: Tenemos que aprender a ser servidores de DIOS y no tan solo ver a DIOS como nuestro servidor. Si vemos a DIOS como nuestro servidor lo que vamos a hacer es que cada vez que queramos su ayuda, se la vamos a pedir y vamos a querer decirle al Espíritu cuándo actuar y así sucesivamente en muchas cosas. Con esto no estoy diciendo que no debemos de pedir a DIOS que se mueva o de no pedirle a DIOS, solo quiero que quede claro que no podemos ver a DIOS como nuestro servidor, como nuestro siervo.

Volviendo al punto, tenemos la otra perspectiva, cuando vemos que la historia se trata de DIOS y nosotros solo somos sus servidores, entonces el que dará las órdenes es el Espíritu de DIOS y nosotros obedeceremos. Él será el que diga: ora por los enfermos, por las finanzas, o más específicamente; ora por esa persona para que sea sana, háblale de mí y él se rendirá a mí, etc. Entonces ya no seremos nosotros los que le diremos, entonces ahora si al actuar tendremos la orden que sucedió en nuestro interior, en nuestra intimidad, en lo interno de nuestra persona y será recompensado en público.

Quiero que me entiendas muy bien, nos estoy diciendo que no debemos pedir a DIOS o al Espíritu Santo, sino que siempre que pidamos debe ser porque fuimos movidos por el Espíritu de DIOS para pedir. Él intercede por nosotros con gemidos indecibles dice la palabra.

Ni más, ni menos, debemos hacer solo lo que él nos diga.

Dios en su misericordia y por AMOR a su nombre puede obrar al nosotros mandarle a realizar algo, pero si un humano puede ser de bendición para la obra de DIOS pidiendo a DIOS con lo que el ser humano piensa que se debe hacer, imagínense si el ser humano solo hace y se mueve como el Espíritu dice. La obra de DIOS tendría un crecimiento mucho mayor y el beneficio para el Reino seria grandioso.

En Mateo 7:22-23 vemos que unos hombres sacaban demonios y hacían milagros en el nombre de Jesús, y él les dijo; “aléjense de mi hacedores de maldad, no los conozco”. ¡Qué tremendo es pensar que si hacemos algo que DIOS no nos manda (aunque a nuestro parecer sea bueno) como hacer milagros y liberar gente de demonios, para Dios somos hacedores de maldad! Con esto no quiero decir que hacer milagros y hacer liberación sea malo, pero si DIOS no nos manda a realizarlo entonces estamos realizando algo contrario a DIOS. Si Dios no te manda a realizarlo, ¿entonces quién te mando?, Solo haremos bien cuando hagamos lo que DIOS quiere que hagamos, y tenemos también que aprender que no tenemos que hacer lo que DIOS no nos dice que realicemos, es por eso que tenemos que estar atentos a la voz del Espíritu Santo, para realizar lo que él quiere que llevemos a cabo y no otra cosa.

Escrito para www.devocionaldiario.com

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