No te olvides de tu amigo – Lucy Carmona

No te olvides de tu amigo

por Lucy Carmona

no-te-olvides-de-los-amigosAl evocar sucesos de mi infancia y a lo largo de mi existencia puedo recordar algunos amigos que tocaron profundo mi vida y que todavía recuerdo con gran cariño. Hay algunos amigos que al correr el tiempo vienen y van; pero siempre queda uno el cual hace que tu vida sea más divertida y placentera. Por otra parte aquellos que se han ido de nuestro lado, ¿eran amigos verdaderos? Pienso que la amistad va mas allá de la hermandad y es por eso que el Proverbista dice: “Y amigo hay más unido que un hermano”. ¿Cuántas veces compartimos juntos con “supuestos amigos” situaciones cotidianas, paseos, diversas festividades. Nos abrazamos, lloramos y reímos juntos, pero ¿Qué quedó de todo esto? Esta realidad que sin duda todos hemos vivido, trae a la memoria el pacto de amistad que establecieron Jonatán y David (1 Samuel 18 1-3) Es sorprendente el grado de amor y lealtad que cimentaba dicha amistad, y a pesar de los conflictos entre padre e hijo. Más pudo el lazo de la amistad que el vínculo consanguíneo entre Saúl y Jonatán.

Otro gran ejemplo lo vemos en el Apóstol Pablo quien siendo aparentemente invulnerable, pero que también se entristecía, sufría y lloraba, tenía un elevado concepto sobre la amistad. En sus epístolas, más de una vez nos muestra que a pesar de toda la fortaleza espiritual que caracterizaba la vida de este ejemplar hombre de Dios, él necesitaba un amigo, alguien que le ofreciera un hombro donde recostarse, alguien con quien llorar y desahogar su sufrimiento. Él era, a final de cuentas, un hombre. Y fue entonces cuando desde lo más profundo de su corazón se escapó un lamento en forma de ruego: “Procura venir pronto a verme…” (2 Timoteo 4:9) Cuánta tristeza, cuánto desaliento expreso Pablo por la necesidad de un amigo que exclamo: “Ninguno estuvo a mi lado… Todos me desampararon”. (2 Timoteo 4:16) Y después termina implorándole, sabiendo que en lo por venir la situación sería mucho más difícil: “Procura venir antes del invierno”. (2 Timoteo 4:21) Por otra parte, durante los días de su encarcelamiento en Roma, Pablo se refirió a cierta persona en los siguientes términos:

“… Muchas veces me confortó, y no se avergonzó de mis cadenas, sino que cuando estuvo en Roma, me busco solícitamente y me halló”. (2 Timoteo 1:16-17)

Quiera Dios que a través de esta reflexión podamos cultivar la verdadera Amistad y demostrarla con abrazos verdaderos, ósculos santos y palabras sinceras. Seamos más que hermanos teniendo como mejor ejemplo al nuestro Señor Jesucristo, quien dijo:”Ya no los llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero los he llamado amigos, porque les he dado a conocer todo lo que he oído de Mi Padre. (Juan 15:15)


Escrito para www.devocionaldiario.com y dedicado a mi amada sobrina: Marisol Carmona

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