La autoestima, las ofensas y el perdón – Hefzi-ba Palomino

LA AUTOESTIMA, LAS OFENSAS Y EL PERDON

por Hefzi-ba Palomino

chica-bible-readingDigo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de si que el que debe tener, sino que piense de si con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.

Romanos 12:3

Todos tenemos un concepto de si mismos, que puede ser mas o menos el que debemos tener y que determina el estado y salud de su propia autoestima: los que tienen auto-estima baja, tienen un mal concepto de si mismos y están convencidos que no son nada, que no valen nada, que nadie los ama, que no son dignos de merecer algo o a alguien; los que tienen una autoestima sana, tienen una imagen real de si mismos y aunque saben lo que son y lo que valen, reconocen que no son nada sin Cristo y que todo se lo deben a él y son humildes, viven alegres y en paz consigo mismo, con Dios y con su prójimo; y los que tienen un concepto mas alto de si mismo, que el que deben tener, son aquellos que se creen mas, mejores y superiores a los demás, por lo general, son personas llenas de orgullo y soberbia, que no saben amar y perdonar y no aceptan a sus semejantes como iguales.

Por lo anterior, considero que es importante que en el Devocional del día de hoy, analicemos y conozcamos acerca de la auto-estima, las ofensas y el perdón, pues son factores que están muy relacionados y deben estar en perfecto equilibrio y armonía, si queremos gozar de una vida plena; donde no existe amor, hay falta de perdón y orgullo y es difícil que el Espíritu Santo pueda moverse con libertad.

El mas alto, grave y peligroso pecado de los humanos es el orgullo y la soberbia y lo mas grave es que no los podemos ver, pues se camuflan y se esconden detrás del amor propio, la dignidad y otros valores que confunden la mente e impiden verlos; es tan difícil de detectarlos que muchas veces se disfraza de humildad y hasta de sinceridad y puede alejarnos de la presencia de Dios y de de los propósitos de Dios para nuestra vida, de hecho, fue este pecado quien causó la caída de Adán y Eva y la caída de Satanás, quien era un ángel dedicado a la alabanza en el cielo, pero su rebeldía contra Dios y su autoridad, su orgullo y soberbia, lo llevaron a querer ser igual a Dios y a desobedecer y transgredir la autoridad de Dios, por lo que expulsado del cielo y se convirtió en padre de mentira y engaño para toda la humanidad.

El terreno donde el engañador opera es nuestra mente, haciéndonos creer o aceptar como verdad algo que en realidad es mentira y la puerta de entrada son nuestros sentidos; tenemos ideas preconcebidas acerca de las personas, de las circunstancias y aun de nosotros mismos, que hacen que nuestra mente lo perciba y reciba e interprete desde esas ideas preconcebidas y no como algo nuevo, de una manera objetiva y neutra; en realidad nuestra mente lo transforma y decodifica todo, para hacernos ver, escuchar e interpretar los hechos desde nuestra propia perspectiva y subjetividad y creemos, vemos y escuchamos lo que queremos y no lo que realmente es en realidad.

Si queremos vivir nuestra vida de una manera renovada y feliz cada día, debemos saber que Dios hace nuevas sus misericordia para nosotros cada mañana y que cada día que Dios nos regala, es una bendición; un cheque en blanco, donde tu escribes la cantidad que quieres recibir de amor, de dinero, de salud, de paz y de prosperidad; cada día es algo único e irrepetible y sea lo que sea que Dios te traiga cada día, al llegar la noche, quedará inevitablemente atrás; cada día es el único tiempo presente que tenemos, porque lo que queda atrás, no se puede cambiar y el futuro esta en manos de nuestro creador, y depende del hoy, de lo que siembres hoy, eso cosecharas mañana; no podemos cargar con el peso de los días pasados, ni con rencores, ni malos recuerdos; la vida solo va en una dirección y es hacia adelante, vívela y disfrútala con Cristo en tu corazón, pues vivir en el pasado, es una carga muy pesada para el alma e impide recibir las bendiciones, la paz, la gracia y el amor de Dios, manifestados en Cristo.

AUTOESTIMA. Debemos aumentar nuestra propia autoestima y amarnos mas a nosotros mismos, pero en la medida correcta, de otra manera, ¿sino te amas a ti mismo y no sabes el valor que tienes para Dios, como su hijo e hija, como vas a poder amar al prójimo y como vas a poder aceptar el amor de Dios y el sacrificio que hizo nuestro Salvador en la Cruz, por amor? La auto-estima es importante para Dios, pues cuando tu sabes quien eres, lo que vales y como eres y te aceptas a ti mismo, vas a comenzar a ver a las demás criaturas de Dios como su creación, a aceptarlos y amarlos como son y no como tu quieres que sean y vas a respetar su individualidad, su derecho a tomar sus propias decisiones y a aprender de sus propios errores. Una persona que ha sido maltratada, herida y lastimada en su niñez, es una persona que ha sufrido mucho y en su adultez, construye una muralla de protección mental que le hace ver e interpretar los hechos y palabras de los demás como “ataques” a su persona y responde de manera defensiva y agresiva, hiriendo, lastimando y ofendiendo a otros; son personas que han tenido carencia de amor en sus vidas y creen que nadie los ama o peor aun, que todo el mundo los odia, como alguien en su niñez, lo hizo y creen esa mentira, mas la verdad de Cristo, es que Cristo, nos hace libres, por el poder de su sangre y sana nuestras heridas, enfermedades y sentimientos, sean nuestras heridas físicas, mentales o de nuestro corazón.

OFENSAS. Cuando comienzas a subir tu propia autoestima, tu espíritu se fortalece y Dios mismo, es escudo alrededor de ti y nada ni nadie te tocará ni te lastimara; tu mente ha comenzado a renovarse en Cristo y ya no crees la mentira, aunque venga de ti mismo, de tu mente, sino que conoces la verdad que es en Cristo, para discernir entre el bien y el mal y no aceptar o creer la mentira, no importa lo que otros digan de ti, murmuren o te critiquen, tu te mantienes firme y no te afecta; si alguien te ofende, te hiere, te lastima, y te sientes mal, lloras y te compadeces a ti mismo o culpas a los demás, el problema no es de esa otra persona, es tuyo, porque tu autoestima todavía necesita ser restaurada y solo Cristo con el poder de su Espíritu Santo puede hacerlo; sabrás que tu auto-estima está completamente sana, cuando aprendes a reírte de ti y tus errores y tu espíritu pueda tocar el espíritu de otros y conocer el estado de su espiritualidad; cuando puedas ignorar y perdonar fácilmente las ofensas y seguir adelante, sin dejar de amar a la persona que te ofendió.

PERDON. Jesús fue herido, ofendido y lastimado hasta la muerte y aun así, sus ultimas palabras en la cruz fueron: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”. Jesús se mantuvo firme, obediente y sujeto a la voluntad del Padre, a pesar que fue humillado y traicionado y no se merecía haber tenido el destino que tuvo, pero sino hubiera sido así, si El no hubiera muerto en la cruz por nuestros pecados, si no nos hubiera perdonado nuestros pecados, ¿qué seria de nosotros? Cuando se tiene amor y una autoestima sana, es fácil perdonar e ignorar las ofensas, de hecho solo quien ama, puede perdonar y eso hace que seas una criatura que refleja fácilmente el amor y la gracia de Dios. 2ª Corintios 17-18, dice:

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es, las cosas viejas pasaron; he aquí, todas son hechas nuevas. Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilio consigo mismo por Cristo, Y nos dio el ministerio de la reconciliación.

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