Nuestro Pan Diario – Saltando de Gozo
Tema: “SALTANDO DE GOZO”
Lectura: Mateo 18:1-5
Una de las cosas bonitas de tener una hija pequeña es que me hace recordar frecuentemente lo que es la alegre confianza infantil. La pequeña Débora salta siempre a mis brazos desde las escaleras, el porche, o la mesa en el jardín con un grito y una gran sonrisa. Nunca decidimos anticipadamente si la voy a atrapar o no. Ella simplemente me mira y salta.
Como adultos, tendemos a volvernos más cautelosos con la edad. Puede que eso esté bien para conducir un automóvil o gastar dinero, pero entorpece nuestra relación con Dios. Cuando los discípulos de Jesús quisieron saber quién era el más grande en el reino de los cielos, el Señor señaló a un niño mientras hablaba acerca de la conversión y la humildad: “Así que, cualquiera que se humille como este niño, ese es el mayor en el reino de los cielos” (Mt.18:4).
Cuanto anhelo cada año parecerme más a un niño con mi Padre celestial en lugar de cada vez vacilar más, calcular más e insistir más en que Él garantice los resultados antes de que yo tenga que dar un paso de fe. En vez de hacerme más cauteloso a medida que envejezco, quiero volverme más osado en mi caminar con Dios. En vez de obsesionarme con un aterrizaje seguro y salir bien parado, quiero saltar con un abandono humilde y gozoso a los brazos de mi Padre celestial.
Reflexión: La fe como la de un niño se centra en nuestro Padre celestial, no en nuestros temores.