Aprendiendo a ser hijos obedientes – Kenny Quijada

Aprendiendo a ser hijos obedientes

por Kenny Quijada

hijos-obedientes“Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros.”

1 Samuel 15:22

Leyendo este pasaje Bíblico donde Saúl desobedece a Dios y viendo la situación actual por la que atraviesa el pueblo escogido de Dios en cuanto a La Obediencia, me siento en la necesidad de escribir y llevar a reflexión a muchos que engañados están yendo por el camino equivocado.

Hace unos días, en el mundo entero se conmemoró la muerte y resurrección de nuestro Amado Señor Jesucristo, y reflexionando un poco acerca del tema, es de gran interés en muchas vidas, ya que en esta época en muchos hogares se reúnen en familia para ver las películas que transmiten los canales de televisión con respecto a la vida de Jesús, muchos otros destinan religiosamente esta semana para ir a la iglesia y “cumplir a su manera” con su dios, otros al contrario, tratando de imitar a Jesucristo, tal vez mal interpretando las palabras del apóstol Pablo cuando dijo: “Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados” llevan durante estos días una cruz a cuestas (como Jesucristo camino al calvario) en procesiones que en ninguna parte de la Biblia Dios las exige, otros tantos se visten de color morado siguiendo una tradición, y que tampoco Dios la exige.

Mucha gente en el mundo entero engañada por el enemigo de nuestras almas, lleva una vida religiosa, ligada a tradiciones que han pasado de una generación a otra, pero que en ningún momento de sus vidas se han detenido a pensar si Dios realmente exige de nosotros una semana de sacrificio, una semana que me vista de morado, una semana cargando una cruz a cuestas, una semana donde me “santifico” o si acaso hay algo mas allá de una semana de sacrificio.

En el pasaje que tome como base, relata la historia de Saúl el rey de Israel, donde Dios le dio una orden y este en desobediencia no la cumplió tal cual Dios se la dio. Así como Saúl, habemos muchos creyentes que muchas veces el Señor nos da una orden, y por nuestra flojera, por nuestra apatía, por nuestro temor al que dirán, por pensar en cosas que no son dignas de alabanza, terminamos desobedeciendo a Dios. En el momento que ponemos por encima de Dios nuestro temor hacia los hombres, estamos pecando, estamos desobedeciendo al Rey de reyes y Señor de señores, ese que pago un precio de sangre para que nosotros estemos hoy día disfrutando de sus muchas misericordias.

Dice la Biblia en Mateo 10:28 “Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno”, y yo me pregunto: ¿Por qué hay creyentes que le temen a lo que piensen los hombres?, ¿Por qué hay creyentes que Dios les da una palabra para un hermano y el creyente (pensando en el que dirá el hermano) empieza a cuestionar a Dios al punto que termina desobedeciendo? ¿Por qué hay creyentes que en sus sitios de trabajo por temor a ser despedidos desobedecen a Dios por acatar una norma que viola los reglamentos del Dios altísimo? Amado hermano, el Señor en este momento te dice: “Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno”. Con esto no quiero decir que de hoy en adelante vamos a desobedecer a nuestros supervisores en nuestros empleos, ni que digamos cualquier cosa que nos venga a la mente a nuestros hermanos o a los hombres que no conocen a Dios con la excusa que viene de parte de Dios, las leyes y normas terrenales están para ser cumplidas, siempre y cuando NO violenten las de Dios.

Sabiendo que toda desobediencia es pecado, aun en nuestras congregaciones hay creyentes que cuando se les comisiona una tarea, sencillamente se hacen los desentendidos, murmuran de que siempre los mandan a ellos habiendo tanta gente en la congregación, y pare usted de contar. Amados hermanos, si nos comisionan una tarea, entendamos que debemos hacer las cosas como para el Señor.

Amigo lector, permíteme decirte que Dios demanda de nosotros mas que una semana de reflexión, mas que una semana donde puedas cargar una cruz a cuestas, mas que una semana de lleno en la iglesia, Dios quiere que tu FE la deposites en Él, quiere que entiendas que Jesucristo vino a morir para restablecer nuestra comunión con Dios, que reconozcas a Jesucristo como tu salvador personal y lleves una vida conforme a la Palabra de Dios.

“Si escuchas hoy su voz, no endurezcas tu corazón” y recuerda que si reconoces o no a Jesucristo como el Señor de tu vida, la Biblia dice en Romanos 14:11,12 “Porque escrito está: Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, Y toda lengua confesará a Dios. De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí”, quiere decir, que algún día no muy lejano estaremos todos ante el gran trono de Dios, de rodillas ante el y confesando con nuestra boca que Jesucristo es el Señor, sea para pasar a la condenación eterna o para ir al gozo del Señor y vivir eternamente y para siempre.

La obediencia trae bendiciones (Deuteronomio 7:12 y 28), mas vale la obediencia que el mucho sacrificio. El mejor sacrificio que podemos hacer, lo dijo el Salmista David en el Salmos 116:17 “Te ofreceré sacrificio de alabanza”.

El mayor sacrificio ya lo hizo Jesucristo. Acércate a el y no sigas con tradiciones o asuntos religiosos ofreciendo sacrificios que no te llevan al cielo. Jesucristo quiere tener una relación personal contigo. ¿Tú quieres tener una relación personal con Jesús?

“Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre.”

Hebreos 13:15

Escrito para: Ministerio Vivo Para Cristo y Devocional Diario.com

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