¿Descubriste que tu esposo es adicto a las drogas? – Blanca Rosa Valles Beltrán

¿DESCUBRISTE QUE TU ESPOSO ES ADICTO A LAS DROGAS?

por Blanca Rosa Valles Beltrán

“En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo”.

Juan 16,33

Emilia y Juan Carlos tienen cinco años de casados y el Señor les ha bendecido con dos hijos de dos y tres años de edad, pero solamente ella ha recibido a Cristo de manera reciente, él se niega rotundamente a acudir a la congregación y mucho menos a recibir a Cristo, pues toda su vida ha sido un religioso de domingo y de fechas festivas, además así lo siente más cómodo y sin tanto compromiso; tiene una buena posición económica y no cree necesitar una relación con Dios de otro tipo, si es que la suya se puede llamar relación; un día, ella descubre que las reacciones incoherentes y violentas de su esposo se deben a que consume cocaína y no sabe qué hacer, siente temor por sus hijos y de su marido. No puede contárselo a su familia por miedo al rechazo y críticas.

No obstante los problemas conyugales debido a los efectos de la droga, Emilia ama a su marido y en esta época de su vida en la que sabe que el Señor la escogió como ayuda idónea de su esposo lo que más desea es el restablecimiento de su salud, pues conoce que la adicción es una enfermedad no solo física sino también del alma, en la que el enemigo destruye el cerebro y tiene presa la voluntad de su amado; entiende que no es el, sino que se trata de otro que está en él y con el cual nunca pensó compartir su vida; ella ama a su esposo cuando está en sano juicio pero detesta y teme a ese otro que se embrutece o se vuelve violento de un momento a otro y la trata como su enemiga.

¿Tu circunstancia es algo parecida? Quiero recordarte que existen centros de rehabilitación en todo el mundo que te garantizan la desintoxicación del adicto, la limpieza de su cuerpo en determinados días, algunos establecimientos de esos, son de lujo y costosos; pero no te pueden garantizar la no recaída de tu cónyuge y sanidad mental y emocional; evidentemente quien opta por usar drogas tiene carencias, huecos o vacíos que no ha podido llenar, traumas de antaño y rechazos, en la mayoría de los casos sentimientos de soledad interior y ausencia de amor, pues aun aquellos artistas cuya persona es asediada y consumen drogas, se sienten vacíos no obstante sus riquezas materiales.

En ese tenor, a ti mujer, joven esposa, que estas desesperada y no sabes qué hacer, tienes al mejor médico, amigo y confidente que puede ayudarte a rescatar a ese ser que tanto amas y además, tienes la obligación de ocuparte de ello, pues es tu gran responsabilidad ante Dios, tú no vas a vivir su vida, pero eres a quien el Padre lo ha confiado, porque cuando miró que el hombre estaba solo, creo a la mujer como su ayuda idónea y a ambos como su obra maestra los llamó ADAN, tanto al varón como a la varona (Génesis 5: 1 -2); así que no hay nadie que conozca mejor la obra que su inventor, ni a nadie que le importe más que a su dueño.

Por eso, debes considerar pedir sabiduría al Espíritu Santo, para tratar con quien también quizá tú has golpeado emocionalmente y curar esas heridas, debe ver un cambio de actitud en tí y si el caso ya está demasiado grave, esto es, si él ha llegado a golpearte, recuerda que nuestro Dios es un Dios de imposibles, allí es donde él se glorifica; que de lo vil saca lo bueno; que no le interesa el pecado sino el pecador y que tu esposo es esa oveja perdida que a él le importa tanto recuperar para su reino. Ten misericordia de él, míralo con compasión porque la otra mitad de tu carne que es él, sufre. Ora sin cesar para que Dios mueva ese corazón y cabeza confundidos de tal manera que acepte ayuda, ofrécela con amor y si no acepta, ora, ora y vuelve orar, ayuna y ora otra vez, de mañana, de tarde y de noche, de manera constante. “Clama a mí y yo te responderé” dice el Señor.

Quiero recordarte que las grandes batallas se ganan en la oración, que nuestro apoyo no debe provenir de otro en primera instancia que no sea Dios y no ir corriendo a diverso lugar en vez de acudir con el único que nos puede dar la solución completa a los problemas, pues con independencia de que logres que él acepte una ayuda profesional de desintoxicación, la victoria total solo se encuentre en Jesús. Toma acción ahora, no sea que después sea demasiado tarde, ya no puedas hacer nada porque lo pierdes y te lamentes toda la vida.

Ora conmigo de esta manera:

“Amadísimo Padre, restaura a mi esposo, transfórmalo, toca su corazón, levántalo, se que no quieres verlo derrotado y en manos del enemigo y como él ahora no tiene voluntad, yo me paro en la brecha y acudo a tocar el borde de tu manto con la certeza de que tú lo sanas, ahora; por eso en el nombre de Jesús yo le digo al enemigo que se va, que se cancela y se aparta de la vida de mi esposo. Padre amoroso, lo he intentado todo pero sé que por mis fuerzas no puedo y que para ti no hay imposibles, tú eres nuestro dueño, ten misericordia, te pido perdón en su nombre por todo el mal que haya cometido bajo los efectos de las sustancias tóxicas y como tú hija que soy te pido que tu amor lo renueve y lo convierta en un siervo tuyo. Gracias Padre, porque sé que hecho esta”.

Te amo en Cristo.

Escrito para www.devocionaldiario.com

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