Un mal necesario – Paula Andrea Vega
Un mal necesario
por Paula Andrea Vega
“Ciertamente él escarnecerá a los escarnecedores y a los humildes dará gracia. Los sabios heredaran honra, más los necios llevarán vergüenza”
Proverbios 3, 34-35
Abraham Lincoln, décimo sexto presidente de los Estados Unidos. Introdujo medidas que dieron como resultado la abolición de la esclavitud, trato de reunir rápidamente al país después de la guerra a través de una generosa política de reconciliación tuvo muchisimos logros positivos en su vida. Fue asesinado en 1865 y este fue el primer magnicidio en Estados Unidos.
A este hombre, le preguntaron en cierta ocasión ¿Señor Presidente, porque no cambia usted a ese ministro que se le opone constantemente a todo ? Él respondió con este cuento:
“Hace años pasaba yo por un campo en el cual un campesino araba la tierra. Del arado tiraba un v viejo caballo y sobre su lomo estaba posado un moscardón o también llamado avíspon que yo, de buena gente quise espantarle. El campesino me abrió los ojos y grito -óigame, ni por el patas se le ocurra espantar a ese animal, porque si no fuera por él, este pobre caballo decrepito no se movería ni una sola pulgada-.
¿Hasta que punto nosotros entendemos y aceptamos que para madurar necesitamos seres difíciles a nuestro alrededor?
Siéntate a reflexionar y trata de recordar tus mejores logros, a lo mejor la respuesta será, que se los debes a los opositores, a aquellos que te hicieron la vida difícil, a esos que no soportabas, y te sacaban de tus cabales y no, a aquellos que aprueban todo lo que haces o dices. Por ello, es tan negativo ser víctima y soportar relaciones enfermizas, como evadir cualquier contrariedad.
¿Cuál es la idea entonces?
Orar a Dios para que nos ayude a ver qué asperezas necesitamos para crecer, para madurar y fortalecer nuestra autoestima. Sin buscar escapes. Y también, orar para que nos muestre qué cosas se deben evitar.
En el sendero no hay enemigos porque sí, hay maestros que no tienen idea que gracias a sus acciones y manera de proceder, te están puliendo para recibir esa gigante bendición. Así que bendícelos, toléralos y recuerda que no somos perfectos para tener la moral de juzgar al otro. Por algo se atravesó el fulano o sultano (aquel avispón molesto pero necesario en ciertas etapas de la vida) en tu camino, así que a actuar conforme a lo que manda la sensatez y no los impulsos.
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Blog de Paula Andrea Vega www.levantatusmanos.blogspot.com