Jesús, mi amigo fiel – Marisela Ocampo O.
Jesús, mi amigo fiel
No me cabe la menor duda de que la verdadera amistad sí existe, sólo que este tipo de vínculo se puede explicar únicamente desde la sobrenaturalidad que ejerce Dios por medio de su Hijo Jesucristo.
Podemos estar rodeados de muchas personas que dicen amarnos, especialmente si estamos experimentado momentos de éxito y prosperidad, pero a la hora de la verdad, cuando llegan las dificultades es cuando empezamos a darnos cuenta de quiénes son los que realmente nos aman. Personalmente le doy gracias a Dios por mi esposo, mi madre, mis dos hermanos y mi sobrina, a quienes amo profundamente y de quienes sé puedo recibir un amor sincero; sin embargo, soy consciente de que ninguno de ellos tiene la capacidad de amarme como lo hace Jesús, mi amigo fiel.
Jesús, es la única persona que me comprende en todo tiempo, el único que me sabe escuchar, el único que tiene el poder para fortalecerme y animarme siempre que lo necesito; a Él no le importa cuántos fracasos he tenido ni tampoco cómo me pueda ver ante los demás. Él nunca me rechaza, Él siempre está para mí cuando lo busco. Él es tan fiel que aunque muchas veces le fallo nunca duda en ayudarme, Él siempre está dispuesto a perdonarme, su amor es inigualable.
La amistad que nos ofrece Jesús es incomparable, no existe alguien que pueda superar todo lo que Él en su gran misericordia nos concede. Yo puedo decir con toda convicción que no existe nadie más digno de ser llamado “amigo” que Jesús, pues siempre está para quien lo necesita, dispuesto a darse sin medida. Sin importar los tiempos, Él siempre está ahí para llorar, sufrir o reír con nosotros, Él nunca nos deja solos.
“No temas, porque Yo estoy contigo; no desmayes, porque Yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia”.
Isaías 41:10 (RV1960).
“Cuando pases por las aguas, Yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti”.
Isaías 43:2 (RV1960).
Si quieres experimentar una amistad sincera te presento a mi mejor amigo, a Jesús: Él es el Hijo de Dios, Él dio su vida en una cruz por ti y por mí para liberarnos de la carga de nuestros pecados; sin embargo, Él no está muerto, Él resucitó ¡está vivo! y desea que disfrutes de su amor.
Gracias a Jesús podemos acercarnos confiadamente al Padre Celestial, por medio de Él podemos acceder a las riquezas gloriosas del reino de los cielos y gozarnos eternamente de su majestuosidad. Así que, ven a Él, arrepiéntete de todos tus pecados y pídele su gracia y bondad, una vez te conceda su perdón podrás iniciar una amistad genuina con Él. Te garantizo que Él siempre estará disponible para ti, lo puedes buscar a cualquier hora y en cualquier lugar, basta con que tomes tu Biblia y llames a su puerta y Él te abrirá. “Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá”. Mateo 7:8 (RV1960).
Habla con Él, cuéntale tus cosas y Él te aconsejará por medio de sus sabias enseñanzas. Obedécele y confía en sus promesas infalibles, Él no miente, Él siempre cumple lo que promete. No desperdicies el tiempo mendigando amor a alguien que nunca podrá ofrecerte lo que no tiene, busca a Jesús y deléitate en su perfecta manera de amar.
¡Jesús, mi amigo verdadero y eterno!
Escrito por: Marisela Ocampo O.
Escrito para www.devocionaldiario.com