Arrepiéntete de tus pecados y vuélvete a Dios – Marisela Ocampo O.
Arrepiéntete de tus pecados y vuélvete a Dios
Es una gran bendición el saber que hoy pudimos abrir nuestros ojos, muchos quizá no pudieron despertar y otros confiados en que se levantaron con vida, a lo mejor ya no están. Tal vez sus seres amados estarán convencidos de que partieron a la presencia de Dios, cuando solo Dios sabe si pudieron arrepentirse y volverse a Él antes de su partida.
Cada día de vida que el Señor nos permite vivir es una valiosa oportunidad para clamar a Él por su gracia y su misericordia; por su gracia, para que nuestro espíritu sea tocado por su Espíritu y nos dé la convicción de volver nuestros ojos hacia Él arrepentidos de todos nuestros pecados con un corazón contrito y humillado; y por su misericordia, para que podamos ser lavados y limpiados de toda nuestra maldad y no nos sean tenidos en cuenta los actos pecaminosos que a cada momento ejercemos sin ningún temor de Él.
Debemos reconocer en todo tiempo nuestra condición delante de Dios, sabemos que hemos pecado y sin importar qué tan grave fue nuestra falta ante los demás o incluso ante nuestros propios ojos, nuestra responsabilidad es humillarnos ante Dios por haberle fallado, pues para Él, el pecado no tiene categoría o clasificación alguna, para Él, pecado es pecado. “Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno”. Romanos 3:10-12 (Reina Valera 1960).
“Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a Él mentiroso, y su palabra no está en nosotros”. 1 Juan 1:9-10 (Reina Valera 1960).
“Hoy te ruego que juntos clamemos al Señor por su gracia, su perdón y su misericordia, roguemos juntos para que Dios tome nuestros corazones y sean purificados por el poder de su Santo Espíritu concedido en Cristo Jesús.
Pidamos a Dios que se apiade de nosotros y que obre con poder para que su Espíritu consuma todo pecado e iniquidad que haya en nosotros. Que su bondad nos alcance y nos permita experimentar el gozo de la salvación, que aquello que nos ha esclavizado al pecado sea quitado de nuestras vidas y podamos ser transformados por medio su Espíritu conforme a la imagen de su Hijo Jesús, y así poder agradarlo, amarlo y servirlo según su voluntad: en santidad, justicia y verdad”.
Es tiempo de arrepentirnos, es tiempo de buscar a Dios, tal vez más tarde no tengamos esa valiosa oportunidad, “arrepiéntete de tus pecados y vuélvete a Dios”.
“… arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado”.
Mateo 3:2 (Reina Valera 1960).
“Cada uno de ustedes debe arrepentirse de sus pecados y volver a Dios, y ser bautizado en el nombre de Jesucristo para el perdón de sus pecados. Entonces recibirán el regalo del Espíritu Santo”.
Hechos 2:38 (Nueva Traducción Viviente).
“Ahora pues, arrepiéntanse de sus pecados y vuelvan a Dios para que sus pecados sean borrados”.
Hechos 3:19 (Nueva Traducción Viviente).
¡Padre Eterno, necesitamos tu perdón y tu gracia en Cristo Jesús!
“Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones.
Lávame más y más de mi maldad, y límpiame de mi pecado. Porque yo reconozco mis rebeliones, y mi pecado está siempre delante de mí.
Contra ti, contra ti solo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos; para que seas reconocido justo en tu palabra, y tenido por puro en tu juicio. Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí. No me eches de delante de ti, y no quites de mí tu santo Espíritu. Vuélveme el gozo de tu salvación, y espíritu noble me sustente”.
Salmo 51:1-4, 10-12 (Reina Valera 1960).
¡Glorifícate Señor Jesús, solo tú tienes el poder y la autoridad para restaurarnos!
Escrito por: Marisela Ocampo O.
Escrito para www.devocionaldiario.com