Un mensaje que vale la vida – Marisela Ocampo Otálvaro

Un mensaje que vale la vida

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Dios creó a los seres humanos, a imagen suya los creó. Sin embargo, el hombre y la mujer cayeron en tentación, pecaron y su pecado los apartó de la presencia de Dios. “Así que Dios creó a los seres humanos a su propia imagen. A imagen de Dios los creó; hombre y mujer los creó”. Génesis 1:27 (Nueva Traducción Viviente).

“Es solo del fruto del árbol que está en medio del huerto del que no se nos permite comer. Dios dijo: “No deben comerlo, ni siquiera tocarlo; si lo hacen, morirán”. ¡No morirán! respondió la serpiente a la mujer. Dios sabe que, en cuanto coman del fruto, se les abrirán los ojos y serán como Dios, con el conocimiento del bien y del mal. La mujer quedó convencida. Vio que el árbol era hermoso y su fruto parecía delicioso, y quiso la sabiduría que le daría. Así que tomó del fruto y lo comió. Después le dio un poco a su esposo que estaba con ella, y él también comió”. Génesis 3:3-6 (Nueva Traducción Viviente).

El pecado de un solo hombre, Adán, trajo muerte a muchos. “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron”. Romanos 5:12 (RV1960).

“…por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios…”. Romanos 3:23 (RV1960).

“He aquí, en maldad he sido formado, y en pecado me concibió mi madre”. Salmo 51:5 (RV1960).

Aun así, Dios en su amor y misericordia nos ha concedido la gran dicha de ser perdonados y salvos mediante la fe en Jesucristo. “…pero Dios mostró el gran amor que nos tiene al enviar a Cristo a morir por nosotros cuando todavía éramos pecadores”. Romanos 5:8 (Nueva Traducción Viviente). “Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en Él no se pierda, sino que tenga vida eterna”. Juan 3:16 (Nueva Traducción Viviente). Sin embargo, es necesario entender que aunque todos hemos sido creados por Dios, no todos son llamados hijos suyos. Solo los que creen y viven en Cristo Jesús tienen este derecho. “…pero a todos los que creyeron en Él y lo recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios. Ellos nacen de nuevo, no mediante un nacimiento físico como resultado de la pasión o de la iniciativa humana, sino por medio de un nacimiento que proviene de Dios”. Juan 1:12-13 (Nueva Traducción Viviente).

“…pero hay una gran diferencia entre el pecado de Adán y el regalo del favor inmerecido de Dios. Pues el pecado de un solo hombre, Adán, trajo muerte a muchos; pero aún más grande es la gracia maravillosa de Dios y el regalo de su perdón para muchos por medio de otro hombre, Jesucristo;  y el resultado del regalo del favor inmerecido de Dios es muy diferente de la consecuencia del pecado de ese primer hombre. Pues el pecado de Adán llevó a la condenación, pero el regalo de Dios nos lleva a ser declarados justos a los ojos de Dios, a pesar de que somos culpables de muchos pecados. Pues el pecado de un solo hombre, Adán, hizo que la muerte reinara sobre muchos; pero aún más grande es la gracia maravillosa de Dios y el regalo de su justicia, porque todos los que lo reciben vivirán en victoria sobre el pecado y la muerte por medio de un solo hombre, Jesucristo. Así es, un solo pecado de Adán trae condenación para todos, pero un solo acto de justicia de Cristo trae una relación correcta con Dios y vida nueva para todos. Por uno solo que desobedeció a Dios, muchos pasaron a ser pecadores; pero por uno solo que obedeció a Dios, muchos serán declarados justos. Romanos 5:15-19 (Nueva Traducción Viviente).

Cuán preciosa es la gracia que Dios nos ha otorgado en Cristo Jesús, qué maravilloso es saber que somos libres de la carga de nuestros pecados y que contamos con la certeza de estar eternamente en su hermosa presencia. No somos justos pero sí hemos sido justificados por medio de Jesucristo y gracias a Él podemos sentirnos seguros de la promesa divina de la salvación y la vida eterna. Después de saber esto, es imposible no querer buscar agradar a Dios con nuestra vida, obedeciendo su palabra y haciendo su voluntad. Cómo seguir siendo la misma persona después de recibir tan invaluable dádiva. Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro”. Romanos 6:23 (RV1960).

Somos unos privilegiados, Dios nos ha concedido el favor para entender el mensaje divino de la salvación “un mensaje que vale la vida”. La incertidumbre de saber qué pasará después de que partamos de este mundo ha terminado, todo temor se ha evaporado y guardamos la esperanza de que cuando llegue ese momento daremos el gran paso de transición a la gloriosa y eterna presencia del Señor; mientras tanto, aferrémonos a su palabra y vivamos en este mundo como dignos representantes de nuestro Salvador y Redentor, en justicia, santidad y verdad, por amor a su nombre, como muestra de un verdadero arrepentimiento y al mismo tiempo de agradecimiento por todo lo que gratuitamente nos ha dado.

“Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios”. Juan 3:3 (RV1960).

“Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”. Juan 14:6 (RV1960).

“Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna”. Romanos 6:22 (RV1960).

“…y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad”. Efesios 4:24 (RV1960).

“Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo”. 1 Timoteo 2:5-6 (RV1960).

¡Recibe la gloria, la alabanza y la adoración como muestra de agradecimiento Bendito Salvador Jesucristo!

Autora: Marisela Ocampo Otálvaro

Escrito para www.devocionaldiario.com

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