Haz tus zanjas y consigue más jarras – Richy Esparza
Haz tus zanjas y consigue más jarras
“—Así dice el Señor: “Abran zanjas por todo este valle, pues aunque no vean viento ni lluvia —dice el Señor—, este valle se llenará de agua, de modo que podrán beber ustedes y todos sus animales.”
2 Reyes 3:16-17 (Nueva Versión Internacional)
Los reyes de Israel y Judá se dirigían a destruir Moab. No obstante el camino que eligieron para hacerlo era desértico. Y a los siete días de andar por él se quedaron sin agua. Esto amenazó no solamente su misión sino su vida. Pero ellos decidieron consultar al SEÑOR y pedirle ayuda por medio del profeta Eliseo. A lo que el Todopoderoso respondió que ellos debían abrir zanjas para contener el agua que Él enviaría; sin importar que ellos no mirasen viento que atrajese nubes ni lluvia que descendiera del cielo. Como lo avisó el SEÑOR, al siguiente día, llegó el agua que el pueblo necesitaba. Derrotando así a sus enemigos. No obstante para recibir la bendición que DIOS tenía para ellos debieron preparar zanjas. Es decir, se movieron en fe de manera anticipada para recibir lo que habían pedido.
Posteriormente, en 2 Reyes 4, ocurre un evento de similar. En el cual de manera sobrenatural el SEÑOR cubre las necesidades de una familia con carencias:
La viuda de un miembro de la comunidad de los profetas le suplicó a Eliseo:
“—Mi esposo, su servidor, ha muerto, y usted sabe que él era fiel al Señor. Ahora resulta que el hombre con quien estamos endeudados ha venido para llevarse a mis dos hijos como esclavos.” 2 Reyes 4:1 (Nueva Versión Internacional).
El profeta respondió a la mujer y le preguntó qué era lo que sí tenía en su haber. Y ella dijo que un frasco con aceite de oliva. Entonces Eliseo le dio la instrucción de permitir que el SEÑOR le multiplicase:
“—Pídeles a tus amigos y vecinos que te presten todas las jarras vacías que puedan. Luego ve a tu casa con tus hijos y cierra la puerta. Vierte en las jarras el aceite de oliva que tienes en tu frasco y cuando se llenen ponlas a un lado.” 2 Reyes 4:3-4 (Nueva Versión Internacional).
La mujer llenó con aceite cada jarra que le fue traída por sus hijos. Y cuando ya no hubo más jarras (necesidades) el aceite dejó de fluir. Es decir ella le puso medida a su bendición. Si hubiera traído más jarras hubiera recibido aún más, o si menos, hubiera recibido menos. De la misma manera DIOS puede y quiere suplir cada necesidad que es puesta delante de Él, y aún más (peticiones del corazón Salmos 37:4), pero hay que creerlo.
En ambos casos descritos, cuando el pueblo de Israel hizo zanjas para recibir lluvia y en la multiplicación del aceite, el SEÑOR puso aprueba la fe de su pueblo. En el primer caso el pueblo se preparó para recibir la lluvia que pedía y en el segundo la viuda y sus hijos creyeron que DIOS supliría cada jarra que llevasen.
De igual manera cualquier milagro que esperes no depende de factores externos. Ni de exámenes médicos ni de la economía global. Sino del SEÑOR que es Todopoderoso y no cambia. Sin importar cuál sea la necesidad que presentes delante de DIOS, Él tiene provisión suficiente para suplirle. Sus recursos son inagotables. ¿Qué es lo que sí tienes en tus manos? Eso es lo que el SEÑOR puede multiplicar si lo crees.
Muévete por fe en el Señor Jesucristo. Por la obra completa que realizó en la Cruz a tu favor. Él pagó el precio de tu plenitud (Isaías 53:4-5).
Prepara las zanjas para recibir tu milagro y consigue más jarras para recibir tu provisión. Pues nuestro DIOS es sobrenatural.
Autor: Richy Esparza
Escrito para: www.devocionaldiario.com