La mentira más grande – Hefzi-ba Palomino
LA MENTIRA MÁS GRANDE
“—Yo soy el camino, la verdad y la vida — le contestó Jesús—. Nadie llega al Padre sino por mi.”
Juan 14:6 Nueva Versión Internacional (NVI)
Esta semana recibí la noticia de que el papa de una amiga muy querida había fallecido, el señor estaba enfermo hace más de un año y sé que esto tenía a la familia muy pendiente de él. Cuando leí el correo de mi amiga, al final me pedía que por favor orara por ella, por su familia que estaban muy tristes y que elevara una oración para que su papa encontrara el camino a Jesús. Por supuesto que me puse a orar por todos ellos, pero me quede pensando en el significado de su petición, pues para mi es claro que ella aún no ha conocido a Jesús en la forma correcta, ni le ha entregado su vida, a pesar de que habla de él, envía correos o presentaciones hablando de Jesús y el año pasado estuvimos a punto de vernos cuando yo viaje a Colombia, pero por la enfermedad de su papa no fue posible.
Así que recapitulando, creo que alguna vez me dijo que ella creía en Jesús pero que su familia era católica y rinden culto a la virgen, a los santos y también creen en otras cosas no muy santas. Por lo que creo que Jesús para ella, es el que se representa sufriente en un crucifijo y una madre que es intercesora por nosotros para llegar a él y que también intercede por nosotros en el momento de nuestra muerte.
Le conteste en la noche su e-mail diciéndole que por supuesto que ella y toda su casa estaban en mis oraciones, pero no quise hablar de nada más, porque es un momento muy difícil y doloroso, yo pase también por eso y uno escucha, lee o ve el mundo que lo rodea, como en un sueño, como si no fuera realidad o no estuviera sucediendo y si se le comparte de Cristo justo en ese momento, se genera un rechazo pues están convencidos de que están en la verdad, pero si pienso sentarme con ella, si Dios lo permite y compartirle del verdadero Jesús, el que está vivo, nos ama y quiere entrar en nuestra vida para cenar con nosotros y nosotros con él; el Jesús que es El Camino, La Verdad y La Vida y que nadie puede llegar al Padre sino a través de él.
Tristemente, como mi amiga, existen muchos todavía que han creído la mentira que se les ha enseñado, de que a Jesús, se le encuentra o se le busca, en la otra vida, después de que morimos; desafortunadamente, esto es más común de lo que nos imaginamos y estoy segura que usted amado hermano o hermana, conoce a alguien así; esa es La Gran Mentira que el enemigo ha sembrado en nuestras mentes, para hacernos creer la mentira y que no nos esforcemos por buscar más allá, hacernos sentir cómodos, en nuestra zona de seguridad, creyendo que estamos bien, que somos buenos y que cuando nos muramos vamos a ir directico al cielo; porque la única verdad, es que esto es falso, no es verdad y Jesús no es camino de muerte, sino de vida, hay que conocerlo aquí en la tierra durante nuestra existencia, para tener la esperanza de la resurrección y de una vida eterna; tenemos que morir en vida, enterrar nuestro yo y nacer de nuevo, pero mientras estemos vivos, pues una vez muertos, ya no hay nada que hacer, tan solo clamar y pedir a Dios misericordia por las almas de las personas que amamos y que se van sin conocerlo.
Por eso, la primera lucha que tenemos que librar espiritualmente cuando nos comparten de Jesús o compartimos de Jesús, es en el terreno de nuestra mente, para erradicar la mentira y sembrar la verdad, romper con tradiciones y atrevernos a escudriñar y descubrir la verdad de todo lo que creemos. Lamentablemente nuestros padres nos han enseñado y educado de la mejor manera que ellos han creído y si no nos enseñaron el verdadero camino y la verdad, no es su culpa, es porque simplemente a ellos tampoco se las enseñaron.
Pero tú y yo, hoy estamos aquí, en vida, podemos hacer la diferencia y ayudar a traer luz en la obscuridad, compartir, hablar y hacer conocer a Jesús, en la forma correcta, como nosotros lo conocemos, de esa manera le arrebatamos almas al enemigo de sus dañinas manos.
Y mientras eso sucede, estamos convencidos que Dios está trabajando en nuestra mente, nuestro corazón y nuestro cuerpo, para renovarnos, restaurarnos y convencernos de pecado, revelarnos la verdad y fortalecernos en espíritu y en verdad. Oremos por todos aquellos que estando en la mentira, creen que son buenos y que no necesitan de Jesús para salvación de sus almas.
Como reconoceremos Jesús, si nunca lo hemos conocido, lo hemos seguido, o no hemos sido sus discípulos, o nunca hemos escuchado su voz? Todo esto tiene que ser en vida, pues Dios es Dios de vivos, no de muertos.
“—Les aseguro —respondió Jesús— que en la renovación de todas las cosas, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono glorioso, ustedes que me han seguido se sentarán también en doce tronos para gobernar a las doce tribus de Israel.”
Mateo 19:28
Nueva Versión Internacional (NVI)
Autora: Hefzi-ba Palomino
Escrito para www.devocionaldiario.com
Dice la Palabra de Dios” Prepárate para venir al encuentro de tu Dios, oh Israel”. El mismo mensaje del Señor a su pueblo, se debe repetir en cada alma que tenemos cerca nuestro, sin dilaciones ni controles emocionales de nuestra parte, ya que no somos nosotros, los que haremos la obra en el corazón y vida de las personas, sino el mismo Espíritu Santo de Dios, quién los convencerá de pecado, y de juicio, y alumbrando sus corazones, les dará la oportunidad de ser salvos por pura gracia y amor. Nosotros solo debemos ser siervos inútiles y fieles Atalayas, en este mundo de tinieblas y sombra de muerte. Por último mi querida y admirada Hermana en Cristo, no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy. Dios te ama y valora tu trabajo de amor y servicio, igual que yo, por eso te comparto o recuerdo con amor fraterno, la conversación que mantuvieron el Rico y el Padre Abraham, cuando este le decía lo siguiente: Padre Abraham manda a Lázaro para que les testifique a mis cinco hermanos, a fin de que no vengan a estar aquí en este lugar de tormento(Palabras resumidas), y el Padre Abraham, le dijo: A Moisés, y a los profetas, tienen, a ellos óiganlos. Hoy la gente tiene el testimonio de Hefzi-ba, de Enrique, de Deogracio, de Pablo y de toda la Iglesia de Cristo. Lo único que debemos hacer es testificar del amor de Dios a los que quedan aun en la tierra. Dios te bendiga ricamente en tu ministerio.