El regalo del matrimonio

“Pero desde el principio de la creación “Dios los hizo hombre y mujer”. “Esto explica por qué un hombre deja a su padre y a su madre, y se une a su esposa, y los dos se convierten en uno solo”. Como ya no son dos sino uno,  que nadie separe lo que Dios ha unido.”

Marcos 10:6-9 Nueva Traducción Viviente (NTV).

Ella vino a traer un color diferente a mi vida. Es llena de gracia y alegría; pero sobre todo ama al SEÑOR con todo su corazón. Con ella mis días se vuelven alegres. Ella es quien convierte en hogar nuestra casa. Es el precioso regalo que me dio Jesús. Hablo de mi amada Esposa. DIOS como siempre se mantuvo fiel a Su promesa y después de prepararme finalmente me la obsequió para amarla, honrarla y respetarla.

Juntos hemos aprendido cómo convertirnos en uno solo cada vez más. Caminando de la mano entendimos que dos son mejor que uno pues si uno cae el que está de pie le levanta. Al lado de nuestro Señor hemos edificado día con día nuestro matrimonio. Nos dimos cuenta que el pacto que hicimos ante DIOS en el altar es trascendente y totalmente real, en el sentido de que somos dos seres en uno solo. Pues cuando ella es edificada también yo soy edificado, y cuando ella sufre también yo sufro. Arlene me complementa, cuando la escucho me ayuda a encontrar rumbo. Si mi fe flaquea ella me ayuda a avivarle. Se mantiene fiel a mí y me sigue aunque estemos cruzando por tormentas. Sin importar que no obtengamos lo que queríamos ella sigue creyendo en mí. Ella fue hecha especialmente para mí. Solo ella es hueso de mis huesos y carne de mi carne.

La intención del SEÑOR es que todos aquellos que han sido llamados a casarse lo hagan con aquella persona especial que tiene para ellos. Pues cuando se emprende un matrimonio sin la aprobación de DIOS será un fracaso. Él tiene a la persona ideal para cada uno, y cuando te mantienes obediente a Su visión Él te dará en la persona amada mucho más de lo que esperabas. Cuando DIOS no aprueba una relación es simplemente porque no son compatibles el uno con el otro, porque si se unieran no llegarían al destino que fueron llamados. Porque el SEÑOR ve el futuro, y si Él muestra un “No” es porque mira de antemano dolor y quiere evitarlo a Sus hijos.

Para aquellos que un día se convirtieron en una sola carne con otra persona, éstos deben mantenerse siempre unidos y buscar el beneficio de su cónyuge, pues al hacerlo se están haciendo bien a sí mismos. Un matrimonio no debe permitir que los problemas y situaciones difíciles de la vida les dividan, por el contrario cuando avanzan juntos las tormentas se comienzan a disipar.

Si aún no estás casado espera en DIOS a esa persona que en verdad es carne de tu carne, y gózate con el SEÑOR cuando finalmente le tengas. Y si estás casado, mantén unido el matrimonio que el SEÑOR te ha regalado.

Autor: Richy Esparza

Escrito para www.devocionaldiario.com

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