Ponte tu armadura y pelea – Hefzi-ba Palomino

PONTE TU ARMADURA Y PELEA

Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.

Efesios 6:10-12

Amados en Cristo, esta semana me siento en deuda con mi Señor, pues pude experimentar verdaderamente el poder de Su palabra, su amor y la fe en acción; mi hija se enfermo de una infección intestinal desde el Domingo pasado (hoy es Sábado) y estuvo con una terrible diarrea; inicialmente fue al medico al comienzo de semana y el medico le dijo que era un virus y que se le iba a pasar solito, pero después de tres días y que diarrea no paraba, su esposo la llevo a que le pusieran suero pues estaba deshidratada, pálida como un papel y sin fuerzas, yo comencé a preocuparme y a angustiarme, pues además de la diarrea, no estaba durmiendo en absoluto, pues se la pasaba toda la noche en el baño, yo oraba y pedía al Señor por ella, pero mi corazón estaba quebrantado pues veía a mi hija muy mal y comencé a pensar lo peor, lo cual me angustiaba mas y me sentía como derrotada, como que ese problema nos estaba ganando la batalla y hasta sentí miedo de que mi hija se me fuera a morir.

De pronto, ya como el Jueves, mientras trabajaba y oraba, llame a mi hija para ver como seguía, me dijo que estaba otra vez donde el medico y que le había diagnosticado una gastroenteritis y le había enviado antibióticos; de pronto la poderosa fuerza del Espíritu de Dios, me hizo recordar Su palabra que dice y escuche una voz interior que me decía: “Anímate, no temas, No nos ha dado Dios Espíritu de Cobardía, sino de amor y de dominio propio, vístete del Poder de Dios y pelea, eres una guerrera, que te pasa? Pelea, Jesús ya venció al diablo, la enfermedad y la muerte” entonces comencé a clamar con poder su palabra y a declarar sanación sobre su vida; reconociendo que Jesucristo cargo en la cruz con nuestras enfermedades y que su sacrificio sirvió para que fuéramos salvos y sanos; que su sangre tiene poder; cubrí a mi hija con Su sangre, me llene de fuerza, de fe, de poder de Dios, para derribar toda fortaleza y toda arma que se levantara contra la vida de mi hija y de mi familia, pues la palabra de Dios dice que somos sus hijos y que ningún arma forjada contra nosotros prosperara y que aun el enemigo ni ningún mal prevalecerá sobre nosotros; también pedí perdón a Dios por los pecados de mi hija, de nuestros antepasados, cortando toda maldición que viniera por ellos y declarando que mi hija era sana en ese mismo instante por el poder y la gracia del Espíritu Santo en ella y finalmente di gracias al Señor por obrar su sanidad en ella y en todos en nuestra casa, pues por fe, la diarrea tenia que parar y ella comenzar a recuperarse.

Cuando llegue a casa, la encontré mucho mejor, la diarrea comenzó a disminuir y le pregunte cuantas veces había ido al baño desde que la había llamado en la mañana, me dijo que solo una, hoy ella esta 99% bien, ya tiene vida, color en sus mejillas, fuerzas, hasta para salir a la calle. Dios me la sano en ese mismo instante. Yo estaba feliz, agradecida con Dios y además de darle gracias a Dios por su amor y su pronto auxilio, le quiero dar gracias por su hermosa y poderosa palabra que es verdaderamente escudo alrededor nuestro y como la fe en acción obra verdaderos milagros; nosotros podemos vivenciar milagros cada día, porque Jesucristo esta vivo y nosotros debemos poner nuestra fe la persona correcta, que es en Jesús y no en otras cosas; Él es la resurrección y la vida y nos tiene en sus manos y nada ni nadie nos arrebatara de sus manos.

Para terminar quiero pedirte que te armes con toda la armadura de Dios (Efesios 6:10-20) y pido a Dios que haga memoria de nuestras buenas obras para cuando clamemos a El en busca de ayuda y auxilio, siempre escuche nuestras oraciones.

Orando en todo tiempo con toda oración y suplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y suplica por todos los santos; y por mi, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio.

Efesios 6:18-19

Autora: Hefzi-ba Palomino

Escrito para www.devocionaldiario.com

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